Ideas

Divinas lecturas

ÓSCAR
LÓPEZ

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Llega Semana Santa e inevitablemente me sumerjo en mi particular Santísima Trinidad: los cuatro días de vacaciones, el bacalao de mi madre y los péplums de la tele.Quo Vadis, Ben-Hur, La túnica sagrada, Moisés,películas que son parte indisociable del paisaje de estas fechas. Lástima que la literatura no haya logrado lo mismo, colocar varios títulos para releerlos de forma regular. Y no me refiero a pasear el Domingo de Ramos con lecturas sobre santos griales. A fin de cuentas se puede recuperar el primerEspartaco, monumental libro deHoward Fast.O inclusoEl reino de los réprobosdeAnthony Burgess.Pero si lo que queremos son péplums literarios patrios, ¿por qué no disfrutar de los que escribeSantiago Posteguillo? Prueben por ejemplo con su última novela,Los asesinos del emperador.O con alguno de los libros del sacerdote y escritorJesús Sánchez Adalid, que supo combinar la historia y la religión enLos milagros del vino. Ahora bien, dada mi educación jesuítica, debo hacer un acto de contrición y reconocer que la mayoría de libros que me han asaltado son de corte anticlerical o, al menos, que invitan a la reflexión. ComoEl evangelio según Jesucristo deJosé Saramago,obra que provocó su exilio voluntario a Lanzarote por la polémica que suscitó. Y qué me dicen de esa lectura de juventud,Por qué no soy cristianodeBertrand Russell,oLa araña negradeBlasco Ibáñez,que contiene algunas escenas que incluso hoy levantarían ampollas. TambiénGaldósen susEpisodios Nacionaleso en su obra teatralElectrala lió, y mucho, tal y como nos recuerda Jesús Ruiz Mantillaen su reciente y estupenda novelaAhogada en llamasdonde la religión también tiene su parcela de gloria. Y en esta línea insurgente me viene a la cabezaRetrato del artista adolescentedeJoyceo Sobre la religióndeMark Twain,de quien se recordaba no hace mucho el centenario de su muerte. Ya ven, la religión está muy presente en la literatura y lo seguirá estando por lo siglos de los siglos aunque no precisamente en Semana Santa. Que Dios nos coja confesados.