Discoteca en Peralada

Gloria Gaynor revivió el sonido 'dance' de los años 70 en un recital que recorrió éxitos propios y ajenos, y que culminó con un 'I will survive' con estrofas en castellano

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JORDI BIANCIOTTO
PERALADA

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Música dance de otro tiempo, con su bajo, su batería, sus coristas y su sección de viento, sin pistas electrónicas ni exceso de bombo. El sonido discotequero de los 70, envuelto y servido por una de sus voces icónicas, Gloria Gaynor, reinó anoche en el Festival de Peralada con una buena selección de himnos que marcaron época. Encabezados, cómo no, por un I will survive cuya melodía, en versión instrumental, anunció con pompa la entrada en escena de la diva.

Gaynor, que nos visitó por última vez hace siete años en el Palau, comenzó entonando Goin' out of my head, una canc¡ón de aquel mismo álbum, Love tracks (1978), y se dirigió al público en un español aprendido en Acapulco (México), donde ha tenido casa durante años. Dijo sentirse «muy feliz» y preguntó «¿quieren fiesta?» antes de reafirmarse en I am what I am y de revivir la melancolía de Never can say goodbye, una pieza que otra generación, la siguiente a la suya, descubrió a través del falsete de Jimmy Somerville y The Communards.

Versiones y homenajes

Voz un poco apagada al principio, arropada por el vigoroso trío coral, y cadencia disco-funky estable incluso en alguna canción más o menos reciente, que la hubo. «Esta es de este siglo», bromeó antes de abordar Just no other way. Gaynor tiene repertorio para llenar un concierto, pero es posible que ella se sienta necesitada de un mayor número de hits para mantener la tensión en el público. Así se explica que anoche recurriera a tantos éxitos ajenos, de Barry White (My first, my last, my everything), The Supremes (Stop in the name of love), Roberta Flack (Killing my softly) y hasta The Police: convirtió Every breath you take en un cántico de aires gospel-pop. Y aún más: I'll be there, de The Jackson 5, y un medley de Donna Summer con Last dance, McArthur Park y Heaven knows.

Se retiró a medio repertorio para ceder el protagonismo a los coristas. Siete minutos prescindibles. Una balada, You're right on time, aportó esos mensajes humanistas que tanto gustan a Gaynor. «Una canción para las personas que están tristes, que tienen problemas», anunció. Para sorpresa general, la cantante volvió a esfumarse para que fueran las dos coristas quienes se midieran con River deep, mountain high, de Ike & Tina Turner. Debía de estar cogiendo fuerzas para su número más esperado, I will survive, que, ahí sí, canto ella y no la maquilladora ni el técnico de sonido. Fue un alivio.

Sí, I will survive, por fin, cantada en buena parte en castellano. «Me falta mucho por vivir, tengo mucho que entregar, sin tu querer, quiero vivir...»  Y una propina con Just keep thinking, cerrando 80 minutos de dance music primigenia a cargo de una voz genuina, auténtica, superviviente, aunque un poco rácana.