EN KOSMOPOLIS

Herzog, Dios, Kinski, iguanas y Busquets

El cineasta alemán, siempre genio y figura, levantó una gran expectación en su sesión en el CCCB

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QUIM CASAS / BARCELONA

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Desde que se anunció su asistencia en Kosmopolis, la sesión protagonizada por el cineasta alemán Werner Herzog el pasado sábado se convirtió, junto a la de la cantante PJ Harvey el día después, en uno de los eventos de este encuentro literario anual celebrado en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB).

Las entradas se habían agotado. El 'hall' del CCCB estaba a rebosar. Se habilitó otra sala para que los que no cabían en el hall pudieran ver la conferencia en 'streaming'. No era para menos. Venía Herzog, el gran fabulador del cine contemporáneo, quien ha roto las fronteras entre ficción y documental, subido barcos por montañas ('Fitzcarraldo'), hipnotizado a sus actores ('Corazón de cristal') y se ha jugado la vida filmando un volcán a punto de entrar en erupción ('La Soufrière'. El cineasta que ha desmenuzado internet (en la reciente 'Lo and behold'), capturado el alma de los que esperan en el corredor de la muerte ('On death row') y revelado al mundo personajes tan particulares como el amigo de los osos de 'Grizzly man'.

Herzog también ha lidiado con estrellas como Klaus Kinski ('Aguirre, la cólera de Dios'), Nicole Kidman ('La reina del desierto') y Nicolas Cage ('Teniente corrupto'). Precisamente unas imágenes de este psicótico 'thriller' ambientado en Nueva Orleans después del Katrina sirvieron de prólogo al diálogo entre Herzog y Paul Holdengräber, creador del programa 'Live' de The New York Public Library. Aunque el título de la sesión era 'Éxtasis y terror en la mente de Dios', la charla empezó a girar sobre las iguanas que aparecen en 'Teniente corrupto': “Me encantan las iguanas”, dijo Herzog, “pero son unos animales muy estúpidos, no entienden nada. No saben que es un fuera de juego en fútbol”.

Así de aparentemente caóticos son algunos filmes de Herzog, y así fue una charla que pasaba de un tema a otro pese a los intentos de Holdengräber por dilucidar el éxtasis y el terror. La referencia al fuera de juego no fue la única sobre fútbol. Gran amante de este deporte, Herzog aseguró que “me gusta mucho Busquets, lee los partidos, lee el campo. El partido del Barça contra el PSG fue un milagro, ganaron un partido que parecía imposible. Tras el 3-1 se destruye la moral. Pero lo lograron. El fútbol tendría que haberse detenido con el 6-1, terminar los campeonatos, cerrar los estadios durante un año. Y empezar después a partir de esta nueva realidad”.

RELACIÓN CON LOS ACTORES

Iguanas, fútbol, Dios, los actores: “No me gusta explicarles en exceso lo que deben hacer. A Nicolas Cage le dije solo que debía intentar ser tan malo y vil como pudiera”. No faltaron referencias a su relación volcánica con Klaus Kinski: “Toda la ira de Kinski acostumbraba a salir cuando la cámara no estaba rodando. Yo conseguí que se mostrará así cuando grabábamos”. En este punto, Holdengräber leyó un fragmento de la autobiografía de Kinski muy virulento contra Herzog. “Yo le ayudé a escribir algunos de estos pasajes. Cuando hay mucho colorido en la descripción, ahí está mi huella”. Herzog, comediante inigualable.

De vez en cuando, el director volvió al enunciado de la sesión. “Utilizó el término Dios como algo diferente a la creación del universo”. Y recordó una frase del penúltimo Papa, Benedicto XVI, cuando se interrogó sobre donde estaba Dios cuando pasó el genocidio nazi. “Le preguntaría al Papa sobre su fe, si es sólida, si duda o no de la existencia de Dios”. Citaron entonces a Baudelarie, cuando dijo que aunque Dios no exista, no debemos de dejar de creer en él. Herzog sabe que nunca podrá plantearle estas cuestiones al Papa, como que “nunca me darán dinero para hacer un filme sobre la conquista de México vista desde la perspectiva de un caballo”.

Genio (verdadero) y figura (auténtica). Cineasta y aventurero. Conquistó lo inútil (ese es el título de su diario de rodaje de 'Fitzcarraldo', del que leyó varios párrafos), sabe que “toda dignidad viene de la tragedia”, que “el documental no debe basarse solo en hechos, estos no constituyen la verdad, en los hechos no hay poesía” y que “la persona que me ha de dar miedo aún no ha nacido”.