Festival Barnasants

Despertar conciencias

Ismael Serrano regresa a Barcelona con la gira del disco 'Acuérdate de vivir' y compone una canción dedicada a los niños de los campos de refugiados de Gaza

NÚRIA MARTORELL
BARCELONA

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La voz trémula de Ismael Serrano no se amedrenta ante las causas en las que cree. Tras conocer bien la realidad Palestina -«en el viaje más emocionante de mi vida», dice-, compusoLuces errantesy el dinero que genera en iTunes lo destina a los niños de los campos de refugiados de Gaza. Este superviviente de la llamada generación de los nuevos cantautores de los 90, sigue poniendo su voz al servicio de un «activismo» que considera importante para acabar con el «aletargamiento generalizado que nos hace ver la crisis como una fuerza incontrolable de la naturaleza» [de esto trata su piezaDespierta]. Ahora se encuentra rematando la gira deAcuérdate de vivir,con la que agotó las entradas de dos días en el Auditori y con la que regresa esta noche al Palau de la Música.

Y todo lo que está ocurriendo en Libia, Egipto, Túnez.. ¿no le inspira ninguna canción? Ya hay un precedente: Cat Stevens, reconvertido en Yosuf Islam, dice que suMy people«es un himno contra la tiranía en los pueblos árabes...» «Las canciones generan espacios de encuentro y vínculos sentimentales -admite Serrano-. Saberte acompañado te hace sentir más fuerte. Rompe la burbuja y genera lazos en una sociedad atomizada. Te hace ver que se puede influir en la realidad. Cuando una canción remueve conciencias, es maravilloso. Pero es bastante vanidoso componer con este fin», reflexiona el autor de piezas comoInstrucciones para salvar el odio eternamenteyLa ciudad de los muertos.

Serrano, que lleva 14 años de carrera, ha sabido adaptarse a las tecnologías. Fue el primero en España en retransmitir vía iPhone y Facebook un recital para todo el mundo, que fue seguido por 12.000 personas. «Cada vez es más difícil encontrar plataformas de difusión para comunicar un nuevo disco, recital… en las radiofórmulas no hay espacio para una música de autor que no puede tratarse como objeto de consumo, así que había que explorar nuevas vías», explica.