Desmadre entre fogones

Simon Wroe retrata el trasfondo de un gastropub londinense en su novela 'El Chef'

XAVIER MORET

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Según escribe Simon Wroe en las primeras páginas de El Chef, las leyes de la cocina establecen sin lugar a dudas que «la culpa de todo la tiene el pinche». Así pues, es un acierto que este libro ambientado en un restaurante del barrio londinense de Camden Town adopte el punto de vista de un muchacho que aspira a ser escritor pero que, mientras no le llega la fama, acepta ser  «el último mono» del gastropub Swan para ganarse la vida. Como es licenciado en Literatura, le apodan el Monóculo, un alias que contrasta con el de Dave el Racista y otras lindezas.

En estos tiempos en que en televisión menudean los programas culinarios, y en que los chefs han alcanzado el mismo nivel, si no superior, que los diseñadores en la Barcelona de los 80, no podía faltar una novela sobre los entresijos de una cocina dirigida por un chef sádico y con unos cuantos especímenes, como el psicópata Ramilov, salidos de un muestrario de excéntricos. Para completar el panorama, el mafioso gastrónomo llamado El Gordo acaba por darle a la novela un tono de desmadre general.

Simon Wroe, que a sus treinta y tantos años ha sido chef  y es ahora escritor y periodista en The Times y The Economist, sabe de lo que habla y opta por darle al libro un tono mordaz. No se trata de la cocina como algo exquisito, ni de paladares finos ni de manjares sublimes. Lo que cuenta es describir el ambiente de una cocina que por momentos puede ser infernal.

El libro tiene, en cierto modo, un nexo de unión con obras de no ficción de ambiente culinario como Confesiones de un chef, donde Anthony Bourdain mostraba la realidad de la cocina de su restaurante de Nueva York, o Calor, de Bill Bufford. Lo que lo diferencia es la apuesta por un humor desmadrado, negro en algunos momentos, con tono de esperpento.

La acción de El Chef tiene como epicentro el restaurante Swan, pero también aparecen otras subtramas, como el trasfondo familiar del pinche o una historia de amor. Pero es en las escenas de cocina donde Wroe se sale. En la descripción, por ejemplo, de cómo los díscolos del Swan son encerrados en un cuarto frigorífico en el que las langostas vivas acechan con sus afiladas pinzas.

3EL CHEF

Simon Wroe

Trad.: Sonia Tapia Sánchez

Salamandra. 320 p. 17 €