Derviches modernos a ritmo de rock

Uno de los coreógrafos franceses más interesantes, Christian Rizzo, presenta en el Mercat de les Flors

D' après une historie vraie, uno de los éxitos del último Festival de Aviñón. La pieza, protagonizada por ocho hombres -seis bailarines y dos percusionistas con sendas baterías-, mezcla el folclore turco y la danza contemporánea. Y nace del impacto que le provocó el baile de los derviches en Turquía, esos hombres que, a modo de ritual, buscan el éxtasis religioso a través de girar sobre sí mismos como peonzas. «La obra parte del recuerdo de esa danza, de la emoción que percibí. Hace algún tiempo me sentí atraído por el folclore más que por el baile contemporáneo, y del encuentro entre ambos surgió esta pieza», explica Rizzo. «De alguna manera plantea preguntas acerca de la modernidad. Al fin y al cabo nada puede ser moderno sin el referente de un pasado lejano. Lo común y lo singular se dan la mano, de ahí la necesidad de conectar con el folclore», añade.

Desde el principio músico y bailarines trabajaron juntos. «La estructura de la danza no se impone a la musical sino que hemos creado un diálogo entre ambas, un lenguaje común, cruzado», comenta el coreógrafo para quien el contrapunto de usar baterías tiene su lógica: «Mi folclore es el rock por eso escogí las baterías. Quería utilizar música rítmica en directo, con dos instrumentos idénticos para que dialogaran también entre ellos».

Rizzo acaba de ser nombrado director del Centro Nacional de Danza de Montpellier. «Nunca había tenido un espacio propio antes. Ahora tendré más tiempo para mis creaciones y para dar oportunidad a otros. El futuro es excitante», concluye.