DEBUT

Cuatro 'cracks' unidos por Brahms

Brahms Piano Quartet

Brahms Piano Quartet / periodico

MARTA CERVERA / BARCELONA

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Los cuartetos de piano de Brahms no se escuchan a menudo en directo pero el Ciclo de Música de Cámara del Auditori se inaugura este miércoles con dos de ellos, el número 2 y el número 3. Los interpretará el nuevo conjunto Brahms Piano Quartet integrado por sólidos músicos españoles: Josep Colomé, violín, Joaquín Riquelme, viola, Joaquín RiquelmeDavid Apellániz y Enrique Bagaría, piano

"El segundo cuarteto apenas se toca", comentan. Brahms lo escribió justo antes de trasladarse a Viena. Tiene una gran transparencia y una tonalidad agradable. El tercer cuarteto de piano es más conocido y refleja un Brahms más maduro donde deja entrever su desesperación ante el amor imposible con Clara Schumann.  

Todos ellos grabaron este verano la integral de los cuartetos en el Auditorio de Zaragoza para Eudora Records. "La grabación fue muy intensa, como la música de Brahms. El micro es muy cruel. Ahora toca disfrutar con los conciertos porque lo natural es tocar para el público", afirma Colomé. Muchos de los miembros del cuarteto ya se conocían. Algunos habían coincidido en algún conjunto o dúo. Pero es la primera vez sonarán todos juntos en una sala será la Oriol Martorell del Auditori. "La música es la magia del instante. Aunque haberlo grabado nos da cierta tranquilidad porque hemos preparado el repertorio al detalle", apunta Bagaría. Para el pianista estas piezas requieren estar muy atento al equilibrio sonoro y al estilo de Brahms. "Es una música delicada porque está a caballo entre el clasicismo y el romanticismo. Brahms requiere control. Es de un gran rigor formal pero a la vez necesitas inspiración y emotividad, sin dejarte llevar demasiado".

VALIOSOS INSTRUMENTOS

Colomé es el único que cuenta con un instrumento propio. "Lo compré hace seis meses", dice orgulloso. Joaquín Riquelme, viola de la Filarmónica de Berlín, toca con una Domenico Busan de 1780 que antes perteneció a Bruno Giuranna, gran músico y pedagogo. "Es una responsabilidad y un honor tener este instrumento", confiesa. "Me lo han prestado por cinco años pero espero que lo alarguen porque esta viola llevaba tiempo sin utilizarse y despertarla requiere tiempo". El inquieto David Apellániz utiliza un Joseph Gagliano 1775 cedido por Solé Luthier.  

Para todos ellos tocar los cuartetos de Brahms era un sueño. "Son piezas que cuando estás estudiando de joven aspiras a tocar algún día. Este proyecto nos ha cogido a todos en el momento ideal", afirman felices con la repercusión que ha tenido un proyecto propuesto por el Auditori al que se han unido otras grandes salas españolas. Tienen ocho conciertos previstos hasta el 2018 y otros tantos apalabrados, a la espera de la salida del disco estas navidades. "La música clásica se está adaptando a las estrategias del pop. Es más fácil que te programen si tienes un disco". Lo difícil con ellos será encajar las agendas porque están de lo más solicitado. 

ÉXITO EN TAQUILLA

El 'sold out' de este primer concierto les llena de orgullo. "A menudo se considera un riesgo programar a gente de casa. La respuesta del público demuestra que las cosas están cambiando", dice Colomé. "La calidad de los músicos españoles en los últimos 30 años ha crecido exponencialmente y eso el público lo ha notado, aunque deberíamos atraer más al público joven", apunta Apellániz, el más veterano del grupo. "La generación nuestra de finales de los años 70 y principios de los 80 es fruto los músicos que nos precedieron y que fundaron las orquestas jóvenes en nuestro país. Yo le debo mucho a la Joven Orquesta de Murcia", añade Riquelme. "No estaría tocando en Berlín si no hubiera descubierto la música gracias a ella. Entré allí a los 10 años y aquella experiencia me cambió la vida. Me entristece y me preocupa que con la crisis haya dejado de funcionar un proyecto que en su día dio salida a mí y a otros músicos hoy reconocidos como Miriam Olga Pastor, oboísta de la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam y Emilio Yepes, contrabajista de la Filarmónica de Munich".

En nombre de la crisis se han hecho muchas barbaridades. "Ahora admiramos el sistema de orquestas juveniles de Venezuela pero algo parecido ya existía en España".