David Douglas Duncan dona 163 fotografías de Picasso al museo del artista en Barcelona

Las instantáneas muestran escenas familiares del genio malagueño en la intimidad de su casa de La Californie

David Douglas Duncan, hoy en el Museu Picasso.

David Douglas Duncan, hoy en el Museu Picasso. / ALBERT BERTRAN

EFE / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El fotoperiodista norteamericano David Douglas Duncan (Kansas City, Missouri, 1916) ha donado al Museo Picasso de Barcelona un conjunto de 163 fotografías relacionadas con su amigo el pintor Pablo Picasso y su entorno, seleccionadas por el propio autor.Una primera selección de este conjunto, un total de 64 imágenes, integran la exposición 'La donación de David Douglas Duncan', que podrá verse en el museo desde hoy hasta el 12 de enero de 2014, en las salas de exposiciones temporales.

El director del museo, Bernardo Laniado-Romero, ha explicado hoy que "la incorporación de estas fotografías, realizadas entre 1956 y 1962, enriquece de una manera especial los fondos documentales del museo". Las imágenes, ha añadido, son "un buen ejemplo de la estrecha relación que mantuvieron el fotógrafo y el artista, y muestran, por un lado, escenas cotidianas de Picasso con su familia, en especial con Jacqueline, su última esposa, y por otro constituyen un testimonio excepcional para documentar los procesos creativos y de trabajo del artista".

A partir de las palabras del propio Douglas Duncan -"soy un testimonio silencioso de aquel mundo"-, Laniado-Romero ha comentado que esas fotos permiten "encontrar claves, rastros pequeños y no tan pequeños de la obra picassiana". Un segundo grupo de la donación, hasta completar las 163 fotografías, se exhibirán en Barcelona en otoño de 2014, y las instantáneas se completarán en la exposición con las pinturas retratadas en las mismas fotos.

Aunque la donación inicial estaba compuesta por 161 instantáneas, Douglas Duncan ha llegado a Barcelona, acompañado por su mujer, Sheila Duncan, con dos fotografías más, "dos magníficos retratos de Picasso a color de gran formato, en una muestra más de su generosidad", ha subrayado el director. El fotoperiodista norteamericano, sensiblemente emocionado, con una energía extraordinaria para sus 97 años y un sentido del humor agudo, ha comenzado haciendo gala de su rudimentario castellano pronunciando palabras con doble erre: "Cigarro, ferrocarril, carros".

"Para mí, es un gran honor venir a Barcelona, donde Picasso fue joven, pero yo soy de Kansas City y, cuando tenía su edad, ni siquiera había visitado Sant Louis -la capital de Missouri-. Venía de un mundo pequeño y estar aquí, en la Barcelona de Picasso, me emociona. Soy fotógrafo de guerra, tengo casi 100 años y aún siento las cosas con el corazón", se ha disculpado el fotógrafo.

En relación a las fotografías donadas que se presentan en el museo barcelonés, Duncan ha explicado la casualidad que le llevó a la residencia de Picasso en el sur de Francia, La Californie, adonde aterrizó con su coche en una parada de viaje desde Roma hacia Marruecos. Cuando llamó por teléfono a La Californie, le atendió Jacqueline, y Picasso ordenó que viniera inmediatamente. El nexo de unión entre ambos había sido un amigo común, Robert Capa.

"La primera foto que hice fue en la primera planta, después de que Jacqueline me acompañara hasta el lavabo, y allí me recibió Picasso en pelotas en la bañera. Era como un niño, totalmente ingenuo, bañándose feliz en la bañera", relata el fotógrafo. En opinión de Duncan, la selección de fotografías que ha donado al Museo Picasso constituye el grueso de las mejores fotografías que realizó del artista, que corresponden a lo que considera el "mejor período" en la vida de Picasso.

El período inicial de su relación de amistad, el comprendido entre los años 1956 y 1957, supone, según Duncan, un claro ejemplo de la fuerza vital del artista, que gozaba en compañía de sus hijos y del que recuerda, emocionado, las increíbles cenas en la cocina de Picasso.

Aunque son diversos los fotógrafos que retrataron a Picasso, la amistad y sintonía de Duncan con el artista malagueño dio como resultado la captación de pequeños espacios de la vida de Picasso con Jacqueline y el seguimiento de sus procesos artísticos, imprescindibles para entender su obra.

Duncan donó su archivo personal en 1996 al Harry Ransom Center, de la Universidad de Texas, que custodia también sus negativos y desde donde se han realizado las copias digitales donadas, que ha impreso el laboratorio fotográfico Central Dupon Images de París.