25º ANIVERSARIO DE CARRERA DEL INTÉRPRETE DE SABADELL

Dalma, con vistas a Italia

El cantante fundió éxitos propios y de la canción transalpina en el Liceu

Sergio Dalma, en un momento de su recital en el Liceu, anoche.

Sergio Dalma, en un momento de su recital en el Liceu, anoche.

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Desde que el Liceu se ha abierto al pop, sus palcos y rosetones han visto de todo, pero el Gran Teatre aún trata de preservar las formas. «Hoy me han pedido: 'Por favor, no alteres a la gente, que no se levanten de sus asientos'», confesó anoche Sergio Dalma ante una audiencia no demasiado dispuesta a hacerle caso. Así que intuyendo el bullicioso ánimo de la clientela, rompió el protocolo. «Haced lo que queráis, buenas noches!», saludó en catalán el cantante de Sabadell.

Fue su último recital del 2014 y una conmemoración doble, de su 50ª aniversario y de sus 25 años de carrera. «Este ha sido un año de cifras muy redondas», celebró dirigiéndose al público, como es habitual en él, mezclando sus dos lenguas, y advirtiendo a los fans venidos de otros puntos de la Península que «el catalán se entiende bastante».

Concierto de repertorio panorámico, un grandes éxitos muy salpicado por esos hitos italianos que han animado su última vida comercial con los dos volúmenes de Via Dalma. Repertorio casi idéntico al de su reciente DVD #YoEstuveAllí, que comenzó citando su último disco de estudio, Cadore 33, con la acústica Hay vidas, iniciada por el grupo mientras el cantante se abría paso en las sombras, y Eres oro. Una canción esta que funde dinamismo pop con provechosos pliegues melancólicos, y que podría apuntar un camino a seguir para este Dalma tan asociado, más aún en los últimos tiempos, al género melódico italiano. Pero son esas versiones de Sandro Giacobbe y Umberto Tozzi las que le han vuelto a situar en el podio comercial, valiéndose de un registro vocal afín, y anoche abundaron, mezcladas con sus títulos bandera, algunos con arreglos revisados, como Solo para ti, más liviana, menos solemne, y Bailar pegados.

En realidad, Dalma modificó más sus canciones que las de otros autores, que mantuvo fieles a las famosas tomas originales. Desde El mundo, de Jimmy Fontana, hasta la siempre estelar El jardín prohibido, de Giacobbe,  con una letra que es un monumento al cinismo romántico (ya saben, el protagonista, tras un episodio de infidelidad, le suelta a su novia sin parpadear: «Lo siento mucho / La vida es así, no la he inventado yo»). Y Yo no te pido la luna y varias citas a Tozzi, empezando por Te amo  Tú.

CAMBIO DE GUION / Otra nueva, Si te vas, la cantó parcialmente en catalán, como Mi historia entre tus dedos, que en esa lengua se convierte en Plorant les hores. Uno de los cambios respecto al DVD, cuyo guion Dalma burló fugazmente. «Igual os despistamos un poco», advirtió, y abriendo los bises, tras Esa chica es mía y La vida empieza hoy, sorprendió con Una historia distinta, es decir, Amore banale, de Piero Cassano, de su tercer álbum, Adivina (1992). No sonó Ave Lucía, apartada del repertorio desde hace tiempo.

Fans en pie, y un tramo final con

La cosa más bella (Ramazzotti), otro par de citas a Cadore 33 (Volar sin ti Recuerdo crónico), una celebradísima Gloria (Tozzi) y el punto y final con Galilea. Fin de gira, pero solo por ahora, como ironizó Dalma: «Amenazamos con seguir el año que viene».