CRÓNICA

Pretenders, ecos de belleza salvaje

Chrissie Hynde imprimió carácter en el repaso a los clásicos de la banda y las canciones del nuevo disco, 'Alone', en Cap Roig

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Jordi Bianciotto / Calella de Palafrugell

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Un concierto de Pretenders sigue siendo algo más que una sucesión de canciones que rinden honores a la era dorada de la new wave. Hay un factor imprevisible, una bomba de relojería llamada Chrissie Hynde, que puede detonar en cualquier momento con un comentario ácido, un brusco cambio de repertorio o una, o más de una, reprimenda al mismísimo público.

Hizo el gesto de rajar el cuello a los asistentes que le hacían fotos: esta bien, ella es así

Hynde conserva trazos de la chica punk que en los 70, cuando cambió su Ohio natal por Londres, trabajó con Malcolm McLaren y escribió en el ‘NME’. Camiseta negra con el nombre de Elvis, vaqueros, botas y actitud airada, de eterna chica mala, desde la primera canción, ‘Alone’, que da título a su último disco y que interrumpió hasta dos veces apuntando con el dedo a algunos asistentes que le hacían fotos y haciéndoles el gesto de rajarles el cuello. “No queremos fotos. Si alguien tiene un problema con eso, que se vaya, no pasa nada, le devolveremos el dinero”, informó a una platea y una grada un tanto perplejas. Arranque poco ortodoxo para el debut de Pretenders en el siempre pulcro marco de Cap Roig, festival cuyo patrocinador principal es la Fundación Bancaria La Caixa.

AGRESTE NUEVO DISCO

Ella es así, y ya está bien: esos golpes de carácter van a juego con el rock de corte seco, heredero de la revuelta de 1977, que Pretenders han reanimado en ‘Alone’. Un trabajo de ambiente viscoso, cocinado con Dan Auerbach (The Black Keys), al que sus fans históricos más críticos con la evolución del grupo se podrían acercar. Hynde lo citó otras tres veces: la agreste ‘Gotta wait’; una balada sin exceso de azúcar, ‘Let’s get lost’, y ese medio tiempo obsesivo llamado ‘I hate myself’, que incorporó por sorpresa tras bromear con la famosa aspereza de su carácter. “Aprenderéis a odiarme, ¡yo misma me odio!”

Hynde y sus cuatro cómplices, entre ellos el batería original, Martin Chambers, recalaron en casi todos los discos de Pretenders, con natural énfasis en los tres primeros, los mejores (de ‘Kid’ a ‘Back on the chain gang’ a través de ‘Message of love’), y sin pasar por alto sus ‘hits’ más ‘mainstream’: un ‘Don’t get me wrong’ un poco endurecido y las baladas ‘Hymn to her’ y ‘I’ll stand by you’.

La líder conserva la voz en excelentes condiciones a los 65, con su punto de belleza salvaje, estirando las notas sin decaer en, por ejemplo, el clímax de ‘Stop your sobbing’. “Canción de uno de los mejores compositores de la historia, Ray Davies”, citó aludiendo al líder de los Kinks y padre de su hija Natalie. Los clásicos de los Pretenders conservan el encanto con ese cruce de vigor y melodía, y la noche siguió entregando hasta el final composiciones intachables como ‘Brass in pocket’, ‘Middle of the road’ y la última, ‘Precious’, con las guitarras en alto en la noche de Cap Roig.