Melendi, visión total en el Sant Jordi

El cantante asturiano presentó su nuevo disco, 'Quítate las gafas', en un generoso recital que combinó baladas melodramáticas, pop ligero y acentos latinos

Melendi, en el Palau Sant Jordi, este viernes.

Melendi, en el Palau Sant Jordi, este viernes. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La mezcla de ídolo romántico y colega, de seductor y filósofo, que encarna Melendi funciona. Si hace dos años se quedó a punto de llenar en Sant Jordi en su campaña de ‘Un alumno más’, este viernes salió a cantar con todo el aforo vendido. Sació a sus fans con dos horas, 28 canciones, de inmersión en su mundo: las baladas afectadas, el pop-rock ligero, entretenimientos latinos y recuerdos de sus días rumberos.

En ‘Quítate las gafas’, la canción que da título a su nuevo disco,‘Quítate las gafas’, el cantante asturiano, de dimensión pública agigantada por su rol de ‘coach’ en ‘La voz’, clama por superar los prejuicios y nos pide que nos saquemos esas lentes deformadoras que nos inducen a “llamar raro al diferente”. Propósitos elevados, en línea con ese perfil sincero, auténtico, sin dobles intenciones, con apego a la vida, del que presume en otras piezas que cantó, apelando a menudo a clichés clamorosos: "No me gusta la gente que no mira a los ojos", así comenzó ‘Flores de agua y plomo’.

EL 'NIÑO TRAVIESO'

Melendi buen chaval, poeta de guardia, pensador y figura esforzada sobre las tablas, entrando corriendo en el escenario para cantar la primera pieza, 'Hijos del mal', y agradeciendo al público la confianza. “Por poner vuestra felicidad del viernes en nuestras manos”. Las canciones nuevas, salpicando el repertorio, alternándose con repescas: el rock urbano de ‘Piratas del bar Caribe’, el largo y estimable estribillo de la ‘sabiniana’ ‘De pequeño fue el coco’ (invocando la inocencia: “soy un niño travieso que en un cuerpo de hombre se esconde”), la rumba ‘estopera’ ‘Un violinista en tu tejado’… “Soy Ramón Melendi”, afirmó, como recordando que no es una marca con patas sino un ciudadano con su nombre y su apellido.

Novedades: el acercamiento reggaetonero de ‘Mi mayor fortuna’ y los aires cubanos de 'Desde que estamos juntos', bañados en mojitos en “la vieja Habana”, casi como en una canción de Ed Sheeran sobre Barcelona. Notas de color en un repertorio que se fue decantando por el pop ligero y la balada con melodrama: ‘Un amor tan grande’, interiorismo al piano reventado cuando el cantante gritó “¡fuerte!” para que el público cantara el estribillo. Cosas del ‘stadium pop’.

LOS VIEJOS TIEMPOS

Las canciones de los discos más lejanos, sobre todo el primero, estaban ausentes en su gira anterior, pero esta vez Melendi recuperó ‘Hablando en plata’, ‘Loco’ y ‘Caminando por la vida’ en honor a los viejos tiempos. Invitó a Esmeralda Grao, corista y guitarrista de la gira, a cantar la primera estrofa de ‘Como una vela’, todo fuelle pulmonar, y acogió a dos jóvenes colegas de ‘La voz’, Paul Alone y David Peris.

No sonó, por suerte, la larga delirante ‘Saraluna’, aunque sí la, en fin, ingeniosa ‘Cheque al portamor’, advertencia antimaterialista a una “niñita consentida”, rumbo al reguero final de ‘hits’: de la hinchada emotividad de ‘La promesa’ a ‘Lágrimas desordenadas’ y ‘Tu jardín con enanitos’. Los éxitos con los que Melendi desafía al mundo a quitarse las gafas y mirarlo también a él sin prejuicios.