CRÓNICA

John Legend, pensando en grande

El cantante de Ohio fundió sensualidad y épica en la presentación de 'Darkness and light' en el Palau Sant Jordi

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zentauroepp40516063 barcelona 12 10 2017 concierto de john legend en el palau s171013134438 / FERRAN SENDRA

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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El soul-r’n’b ‘urbano adulto contemporáneo’, como lo etiquetan en Estados Unidos, practicado por John Legend gana definición en ‘Darkness and light’, su quinto disco, un trabajo que emerge entre la nebulosa de duetos y participaciones en bandas sonoras asociada a su carrera. Perfiles sonoros más avanzados, acentos políticos y aires de realización personal acompañan esta obra que mostró el jueves en un concierto, como es común en él, vestido para vencer.

Hace tres años ya pudimos observar en el Auditori del Fòrum su gusto por la puesta en escena épica. Y bien, en el Palau Sant Jordi, Legend hizo honor a su apellido artístico ofreciéndose como una figura que, apelando a valores humanistas, acaricia una dimensión mítica: “Quiero daros lo mejor que nunca hayáis tenido”, anunció. Pretende que cada noche sea grandiosa y memorable, y hubo motivos para pensar que lo fue para una audiencia que no es gigantesca en este lugar del mundo: solo ocupó una cuarta parte del Sant Jordi, adaptado al formato de anfiteatro.

Sensualidad y oscuridad

Legend sigue siendo un cantante de corte clásico, que coloca su voz conmovedora en primer plano y se hace fuerte en las baladas (‘I know better’ abrió la sesión como un manifiesto de liberación frente a lo que los demás esperan de él), si bien una canción de signo distinto, como es ‘Penthouse floor’, transmitió una interesante mezcla de ensoñación y sensualidad, de cadencia ‘funky’ reforzada por los metales y el trío de coristas.

El ritmo pesado de ‘Darkness and light’, el libidinoso r’n’b de ‘Overload’ (“que compuse con mi amigo Miguel”) y la oscuridad de ‘What you do to me’ dieron cuerpo a una primera mitad de ‘show’ asentada con éxito en ese nuevo material en el que confluyen talentos de lo más variado: producción, entre otros, de Blake Mills (Alabama Shakes) y un equipo de coautores que va de John Ryan (One Direction) a Will Oldham. ¿Quién supera eso?

Acentos políticos

Legend fue el ‘crooner’ concentrado que se sienta al piano buscando la intimidad (‘Save the night’) y el ‘showman’ al que una fan medio-desnuda a placer (‘Slow dance’), todo ello entre imágenes históricas de manifestaciones por los derechos civiles y contra el racismo, ajustándose a la idea de que la estrella pop actual no puede ignorar cierta complicidad sociopolítica. Y con ese punto de sobreexcitación con el que fuerza cada situación para que deje huella. Con Legend, no es tan terrible que una canción sea convencional: ya se encarga él de que deje de serlo.

Aunque tiene repertorio para construir un concierto de dos horas, integró versiones de ‘Superfly’, de Curtis Mayfield, y un ‘God only knows’, de The Beach Boys, en una toma ‘a cappella’ sentida y ajustada. Legend piensa en grande como personaje, pero como intérprete no cae en excesos. Y confía en sus cartas más sensibles para culminar la noche: ‘Who do we think we are’, ese ‘So high’ con coros épicos y el bis con su mayor éxito, ‘All of me’, seguido de ‘Glory’, el dueto con Common para la banda sonora de ‘Selma’. Legend, de aquí a la eternidad.