Eléctrico y extravertido Ara Malikian
El violinista y su grupo agitan al público del Festival Jardins de Pedralbes con un ecléctico programa
César López Rosell
Periodista
CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA
Apasionado, eléctrico, pirotécnico, histriónico, virtuoso. La conjunción de todos estos adjetivos define a este rapsoda del violín. Ara Malikian volvió a demostrar, la noche del jueves, en el Festival Jardins de Pedralbes, que no solo es el rey del eclecticismo, partiendo de una base clásica, sino un fenómeno pop. Después de más de dos horas de enorme despliegue en el escenario, respaldado por un sexteto de implicados músicos, al artista todavía le sobró energía para regalar dos propinas rematadas por su versión de la bellísima aria de la ‘Suite, número 3’ de Bach. El público, que llenó el recinto, acabó aclamándole puesto en pie.
El intérprete nacionalizado español pero de orgen libanés y con ascendencia armenia recaló en Barcelona dentro de su maratoniana gira de ‘15’’. Con ella pretende cerrar una etapa de tres lustros que inició como concertino en la Sinfónica de Madrid, continuó su popular programa de TVE ‘El club del pizzicato’, dirigido a los niños, y redondeó con sus exitosos espectáculos en sollitario o con su grupo. Con más de 4.000 conciertos a sus espaldas, la producción que ahora presenta no es otra cosa que un balance de su aportación a la música y de cómo ha conseguido popularizar la clásica con su extravertida fórmula interpretativa.
ENTREGA ESCÉNICA
Malikian propone en esta ocasión un viaje que explora raíces del folk armenio y del Medio Oriente, un clasicismo que va del citado Bach a Sarasate o Vivaldi hasta llegar al flamenco de Paco de Lucía y sus versiones de piezas de Radiohead o David Bowie, además de las creaciones propias. Las suyas son interpretaciones vibrantes, explosivas y llenas de intenso lirismo cuando la ejecución lo requiere. Serán todo lo discutibles que quieran desde el punto de vista del estilo, pero siempre están al servicio de la teatralidad de su espectáculo.
El músico salta, baila y gesticula con una expresividad contagiosa y luce su calidad de showman cuando presenta las obras. Tan pronto narra sus hilarantes historias de músico al servicio de las fiestas de los judíos en Alemania, como desata la risa con su relato de integrante de una gira de Boy George en Inglaterra o de su llegada a España, donde dice que se sintió sacudido por el jamón y los picos. Calificó, precisamente, de picos a títulos de su autoría como ‘Pisando flores’, ‘Vals de Kairo’ (dedicado a su hijo) o ‘Baggammon, y de ibérico, por su mayor calidad, a clásicos.como ‘Verano’ de Vivaldi, la danza de ‘La vida breve’ de Falla o el zapateado de Sarasate. Y no olvidó su homenaje a Radiohead con ‘Not suprises’ y a Bowie con ‘Life on Mars’. Un concierto tan completo como espectacular..
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