CRÓNICA

Adriana Varela, la gata herida

La cantante argentina desplegó su temperamento tanguero en un arrebatado recital en Barts

Adriana Varela, en su concierto en la sala Barts.

Adriana Varela, en su concierto en la sala Barts. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Volvió Adriana Varela a Barcelona, tras ocho años de ausencia, con ese tango que no es de baile y filigrana ni de ‘chill out’, sino de emociones en carne viva y de “garganta con arena”, como dice en una de sus canciones. Un tango que se acoge a versos escritos hace 80 o 90 años al hablar de pasiones y traiciones para las que no pasa el tiempo, y que este jueves dejó su impronta fatal y orgullosa en la sala Barts (festival Guitar BCN).

Salió Varela acogiéndose a la lírica hípica de ‘Por una cabeza’, tango de 1935 de Gardel y Le Pera. Falda cortísima, hombro al aire y sentimientos destemplados. “Qué noche rara”, observó, aun confesando la “ilusión” que le hacía el reencuentro. Al fin y al cabo, Barcelona tiene un lugar en la mística tanguera a la que ella apeló al hablar de “los chicos, pibes, que en los años 20 y 30 venían aquí, como Gardel, Le Pera y Cadícamo”. De este último rescató la desdichada historia de ‘Madame Ivonne’, que “con ojos muy tristes bebe su champán”.

Con Barcelona, continuó, tiene “un amor que comienza en el Grec”, Vázquez Montalbán mediante y su “querido Serrat”, y a la salud de ese vínculo que comenzó hace 19 años cantó ‘Por la vuelta’, camino de un tango “recontra-recantado” pero “entrañable”, ‘Malevaje’. Voz de tonos graves, imponente, a veces hablando más que ateniéndose a la melodía, y gesto libre, de brusco ademán. Arropada por un trío (a la guitarra, su hijo Rafael), se quedó a solas con el pianista (eléctrico) en la melancólica ‘Nada’ y en ese ‘Garúa’ que, recordó, grabó con la Filarmónica de Montevideo.

RECUERDO A BARCELONA

De ahí a Homero Manzi, “el número uno, con un peso poético inmejorable”, a un fragmento instrumental a base de Salgán y Piazzolla, y otro recuerdo a la Barcelona que la acogió por primera vez, a Jaume Boix Angelats, el artífice. Pese a su aspecto fiero, la Varela es una sentimental. ‘Malena’, ‘Naranjo en flor’ y una cita fuera de guión: ‘…De cartón piedra’, de Serrat. “De cuando yo era muy chica y la escuchaba en la radio de Avellaneda”. Versión poderosa, de contornos tangueros. “Ya les dije que esta es una noche rara”.

Rara, quizá, pero con todos los ingredientes en su sitio: la evocación de Roberto ‘Polaco’ Goyeneche en ‘Garganta con arena’ y, antes de un bis ‘in extremis’ con ‘Muchacho’, el retrato definitivo de ‘La gata Varela’: “Parece que ya nada le sorprende / Parece saber todo de la vida / Parece, pero no es lo que parece / Es una gata herida”.