CRÍTICA DE CINE

'Transformers: El último caballero': El sinsentido continúa

Existen pocas películas tan grandes y a la vez tan ineptas como esta quinta entrega de 'Transformers'

Nando Salvà

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Existen pocas películas tan grandes y a la vez tan ineptas como esta quinta entrega de 'Transformers'. Pero, ¿por qué tendría Michael Bay que poner más cuidado en hacerla? La cuarta entrega es uno de los peores 'blockbusters' de la historia y aun así ingresó 900 millones de euros. Los fans no necesitan que estas películas sean comprensibles para ir a verlas.

Es cierto que, enterrado bajo todos esos personajes imposibles y situaciones ininteligibles y demás excusas baratas para encadenar escenas ruidosas de metales que chocan, hay un esbozo de trama: el gobierno ha asumido erróneamente que todos los Transformers son malvados y les ha declarado la guerra. Entender esa premisa como un comentario sobre la crisis de los migrantes implicaría asumir que Bay se ha vuelto progresista, y no hay más que fijarse en el tratamiento que da a su protagonista femenina (se supone que tiene varios doctorados pero aun así se viste como una estríper) para comprender que no es el caso.

Asimismo, 'El último caballero' sugiere que los robots gigantes han jugado papeles cruciales en todas las guerras desde la época de Carlomagno, que mataron a Hitler, y que Shakespeare sabía de su existencia. En otras palabras, es suficientemente demencial como para que reírse de ella resulte entretenido un rato, pero aguantar sus dos horas y media se hace francamente difícil a pesar de que, admitámoslo, es una de las cinco mejores películas de 'Transformers' que existen. Y ya que hablamos de metrajes, un dato: en total la saga de robots que rompen cosas ya dura un 30 por ciento más que 'Shoah', mítico documental de 10 horas sobre el Holocausto; aunque, eso sí, es bastante menos divertida.