CRÍTICA DE CINE (SIN SPOILERS)

Crítica 'Star Wars: Los últimos Jedi': un renacer necesario

El filme de Rian Johnson funciona menos como la pieza central de una trilogía que como un punto culminante, que representa el final de un ciclo y el principio de otro

Nando Salvà

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El director Rian Johnson tenía dos opciones obvias con 'Los últimos Jedi': usar 'El imperio contraataca' (1980) más o menos de la misma manera que J. J. Abrams y 'El despertar de la fuerza'(2015) usaron 'La guerra de las galaxias' (1977) -es decir, como un claro modelo- o seguir su propio camino. En lugar de escoger, ha hecho ambas cosas. Por un lado, la nueva película evoca la segunda entrega de la trilogía original no solo incluyendo palabrería sobre el destino y alusiones a asuntos como el valor y la solidaridad sino también secuencias que directamente están inspiradas en ella. Pero por otro Johnson subvierte por completo nuestras expectativas, atando cabos sueltos y desvelando misterios, cerrando abruptamente líneas narrativas y abriendo otras que desvían por completo la dirección que le suponíamos a la saga.

En ese sentido, 'Los últimos Jedi' funciona menos como la pieza central de una trilogía que como un punto culminante, que representa el final de un ciclo y el principio de otro. Los personajes hablan tan repetidamente de la necesidad de desapegarse del pasado y aceptar el futuro, y se comportan hasta tal punto de acuerdo a ello, que la película incluso llega a percibirse como una puesta en cuestión de 'El despertar de la fuerza' y de la testaruda tendencia de los fans a la nostalgia.

Emociones viscerales

Al mismo tiempo, Johnson encuentra oportunidades más que suficientes para proporcionar emociones más puramente viscerales. 'Los últimos Jedi' acumula persecuciones y combates espaciales y duelos de espadas láser, y amplía significativamente el catálogo de poderes asociados a la Fuerza de una forma que quizá enfurecerá a muchos puristas. Por otro, ocasionalmente da rienda suelta a un tontorrón sentido del humor que no solo sirve para dar un respiro dramático a los héroes sino también logra quebrar la solemnidad de los villanos de un modo que los hace parecer más ridículamente humanos. Y todo eso mientras explora las psicologías de unos y otros con una profundidad de la que no se recuerda que 'Star Wars' hubiera hecho gala con anterioridad, hasta el punto de llegar a desdibujar ocasionalmente la línea que separa unos de otros.

'Los últimos Jedi' dura dos horas y media, y no todas las aventuras laterales que contiene llegan a justificar su propia existencia. Especialmente en su primera mitad, presenta dificultades combinar de forma dramáticamente vigorosa sus numerosos frentes narrativos. Pero incluso entonces resulta conmovedora por su forma de reconocer el alcance del dolor provocado por la pérdida -de aliados y amigos, de ilusiones e ideales, de confianza y esperanza y vidas humanas-, y por su confianza en que de ese traumático proceso resultará un necesario renacer.