ÍDOLO MEXICANO CON PROYECCIÓN INTERNACIONAL

Confidencias con mariachi

Alejandro Fernández vuelve mañana al Palau Sant Jordi tras seis años de ausencia

El Potrillo 8Alejandro Fernández, hijo y padre de cantantes.

El Potrillo 8Alejandro Fernández, hijo y padre de cantantes.

LUIS TROQUEL
BARCELONA

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En el mismo lugar y a la misma hora donde hace seis años actuó por primera vez en Barcelona. Y donde, dos años antes, debutó. Mañana vuelve Alejandro Fernández. A las 21.30 en el Palau Sant Jordi; y también como entonces, remodelado en formato de reducido anfiteatro y sillas en la pista. Por algo su música evoca igual una fiesta popular como un salón de la alta sociedad. Méxicana e internacional. «Creo que he tenido la fortuna de acercarme mucho al pueblo por mi música ranchera», asegura Alejandro Fernández. «Además, nunca he dejado de actuar en los palenques, pues estar cerca de mi gente es para mí una gran bendición».

El Potrillo, también le llaman. El menor de los tres hijos de Vicente Fernández, que en su honor bautizó su rancho como Los Tres Potrillos. Reside de nuevo en la ciudad donde nació: Guadalajara, en el estado de Jalisco. Y sigue montando a caballo como mucho más que una afición. «Al estar cerca del rancho de mi papá puedo visitarle a menudo, y allí estoy mucho con estos animales tan majestuosos». En su infancia vivió la cultura charra casi como una religión.

Convertido ya en un ídolo tanto por su apellido como por su nombre, las revistas del corazón le definían como charro metrosexual. «Favor que me hacen» (risas). «A mí me gusta cuidarme por respeto al público». ¿Y en México quedan más charros o metrosexuales? «No sé que quedará más, lo que sí me interesa es que siempre tengamos charros que nos representen dignamente y con orgullo».

En su último disco, sin embargo, El Potrillo aparece vestido de esmoquin. Confidencias, se titula. Rompe con él un largo paréntesis discográfico y no es la continuación de ninguna de sus dos facetas. Desde hace mucho, en lo que a grabaciones se refiere mantenía dos carreras paralelas: la de cantante ranchero y  la de baladista pop. Confidencias no es ni una cosa ni otra. «Es algo más clásico y atemporal. Son grandes canciones que quise traer a las nuevas generaciones». Versiones vestidas de gala y producidas por el mítico Phil Ramone, escasos meses antes de su repentino fallecimiento.

Doblemente sentimental

Sentimental por partida doble, pues Confidencias no son solo viejas canciones melódicas. Todas forman parte de su propia vida. Algo así como la banda sonora de su niñez. «Recuerdo a mi mamá poniéndolas en el tocadiscos, ya que de pequeño yo siempre estaba con ella». Dúos con Rod Stewart y Christina Aguilera se suman en él a la inabarcable lista de figuras con las que ha compartido plano. De Gloria Estefan a Beyoncé, pasando por Plácido Domingo y Josep Carreras, junto a los que llegó a hacer ocasionalmente de tercer tenor (aunque su aterciopelada voz sea más bien de barítono). Y no descarta nuevas incursiones líricas.

Con 43 años, cinco hijos y una nueva compañera casi de la edad del mayor (Alejandro Fernández Jr, que planea seguir los pasos de su padre y su abuelo), El Potrillo es desde hace tiempo todo un corcel. De pura raza. Y la gira mundial que mañana recala en Barcelona, promete mostrarlo en todas sus facetas. Rematadamente románticas todas ellas. Con 23 músicos sobre el escenario: un grupo pop y su mariachi. «No salgo sin ellos. Cantar música mexicana forma parte de mi esencia. Es un repertorio para que el público de cualquier país disfrute al máximo».