La confesión de Jordi Pujol provocará un cataclismo en el TNC a partir día 6

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La actriz Mercè Aránega será a partir del próximo jueves en el TNC la señora Magda Casals de Clarà, la protagonista de "A tots els que heu vingut", una tragicomedia de trasfondo histórico de Marc Rosich, que nace de la confesión de Jordi Pujol en 2014 y que provocará un "cataclismo" en su vida.

Rosich, también director del montaje, lo ha presentado hoy junto al resto de intérpretes y al director artístico del teatro, Xavier Albertí, quien ha querido remarcar que a pesar del punto de partida de la trama no se trata de un "espectáculo político", aunque sí está comprometido con el tiempo actual y muestra "las incertidumbres del viaje que ha emprendido la sociedad catalana".

Esta suerte de sainete destapa lo que les ocurre a Magda y a sus seres más allegados, desde su hermana Àgata a sus hijas Clara y Sandra, a partir del 25 de julio de 2014 cuando el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, confiesa que su familia tenía una fortuna en el extranjero sin declarar.

Marc Rosich cree que presenta a unas "mujeres al borde de un ataque de nervios catalanas" que son la "quintaesencia de esas abuelas convergentes, de derechas, que tenían una fe ciega en el padre de todos y que de repente vieron caer al mito".

Magda Casals de Clarà, viuda reciente de un vendedor de Enciclopedia Catalana, quedará transtornada por los hechos y sólo la consolará la música de Núria Feliu -con un gran peso a lo largo de toda la obra- y poder ver una fotografía de su difunto esposo dando la mano a Pujol.

A este sinvivir de la mujer, una anciana de setenta y muchos años, se añade que un día decide llevar a vivir a su casa, un piso típico del Ensanche barcelonés, al indigente que cada día la insulta sentado frente al supermercado al que acude para comprar, mientras le tira una moneda, porque ahora es ella la que quiere "aprender a insultar".

El "hombre de la barba sucia", un antiguo anarquista de izquierdas, que el resto de la familia quiere sacar de la casa como sea, será el único confidente de la mujer, a la que acabará "convirtiendo en una anarquista de derechas".

Rosich, que ha planteado la obra en dos partes, avisa que al final lo que queda es "un retablo, no teatro documental ni político, porque todo pasa por la ironía y el humor, hablando de lo que nos ha pasado a todos nosotros, no sólo a las abuelas del Eixample, sino a la sociedad en general".

Considera, por tanto, que el público se verá reflejado con lo que ocurre en escena, aunque ha insistido en que no pretende ser una comedia realista.

La acción culmina el día 11 de septiembre de 2014, en plena conmemoración del llamado Tricentenario, "con todas las alegrías, las ilusiones o las miserias del país, enseñando un poco lo que es el alma catalana".