54º EDICIÓN

El Concurs Viñas atrae a más de 500 promesas de la lírica

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MARTA CERVERA / BARCELONA

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Descubrir a algunas de las futuras promesas de la lírica es posible esta semana con la 54ª edición del Concurs Internacional de Cant Tenor Viñas que se está realizando en el Conservatori Superior del Liceu. Las semifinales del concurso se desarrollarán este martes y miércoles y la final tendrá lugar el viernes día 20. El domingo un concierto lírico en el Liceu protagonizado por los ganadores despedirá el certamen. El Viñas es uno de los concursos internacionales de referencia, no solo por la cantidad de participantes sino por las posibilidades que ofrece a los ganadores y los premios

Este año hay 511 cantantes de 62 países: 216 son sopranos, 62 mezzosopranos, un contralto, 100 tenores, 9 nueve contratenores, 84 barítonos, 23 bajos y 16 bajo-barítonos. Predominan los cantantes coreanos (148) y los rusos (50), seguidos muy cerca por España con 48 intérpretes, 11 de ellos catalanes.

Más allá del valor económico de los premios -tres especiales y tres extraordinarios con un valor de 97.000 euros en total- lo que más valoran los cantantes es la posibilidad mostrar su talento ante un jurado entendido e influyente, con representantes de los principales coliseos, presidido por Christina Scheppelmann, la directora artística del LiceuChristina Scheppelmann. Ella ha apostado fuerte por los nuevos valores desde su llegada al Gran Teatre, como recordó Miquel Lerín, director del concurso.   

VISIÓN DE UNA VETERANA

La veterana mezzo norteamericana Grace Bumbry y el tenor catalán Jaume Aragall forman parte del jurado en esta edición. Bumbry, que lleva años dedicada a la docencia, considera que hoy en día los cantantes están demasiado pendientes de su físico. "En mi época estudiábamos más. Ahora, en cambio, parece que se preocupen más por figura que por la voz".

Confesó no interesarse demasiado por la ópera contemporánea. "Considero que los compositores no saben lo que significa ser cantante. Desconocen las limitaciones y peculiaridades de la voz, un instrumento especial que no puedes tratar igual la voz que otro instrumento". Y explicó la siguiente anécdota para demostrarlo: "Yo, que siempre había interpretrado 'Après un rêve', de Duparc, escuché un día interpretar la obra a Rostropóvich con el chelo. ¡Y me emocionó tanto que durante los siguientes 12 años no volví a cantarla! Hay cosas que la voz nunca podrá hacer igual que un instrumento".