crónica concierto

Triple diana de la OBC con Ono

La orquesta participa en el emotivo proyecto Mosaico de Sonidos y brilla con Mozart y Brahms

Kazushi Ono, director titular de la OBC.

Kazushi Ono, director titular de la OBC. / periodico

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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Eran muchos retos para la noche del viernes, pero la OBC los superó todos con nota como sucede casi siempre que su titular, Kazushi Ono, está al frente de la formación. El primero era el de la participación en el proyecto Mosaicos de Sonido, conjuntamente con otras 13 orquestas españolas, en el que se implica a personas con discapacidad intelectual que interpretan 'La flor más grande del mundo', obra inspirada en un cuento de José Saramago y compuesta por el músico, cineasta y presentador Emilio Aragón. Completaron la larga velada un concierto de Mozart  y la continuación de la recreación de la integral de sinfonías de Brahms.

Tras la proyección de un vídeo introductorio sobre el trabajo que los músicos hacen con diferentes grupos de discapacitados, la formación y el bloque integrado por profesionales y los nuevos artistas, con el trombonista Vicent Pérez como principal responsable de los incorporados, se enfrentaron a la pieza de Aragón de tintes ravelianos. La ilusión que transmitieron estos espontáneos intérpretes, arropada por movimientos de danza de un trío de protagonistas, acabó emocionando al público que ovacionó la propuesta.

ENCARGO DEL DUQUE DE GUÎNES

El 'Concierto para flauta y arpa K. 299' de Mozart, que cerró la primera parte, dio la oportunidad de lucimiento a dos de los mejores solistas de la sinfónica barcelonesa: Magdalena Barrera (arpa) y Christian Farroni (flauta). Ambos respondieron a la exigencia de una partitura que fue encargada en París, pero nunca pagada, por el duque de Guînes y su hija, intérpretes de ambos instrumentos. Tanto la calidad tímbrica del arpa como la fantasía melódica de los sonidos de la flauta resplandecieron en la revisión de esta obra de estilo galante y llena de contrastes, con un sublime 'allegro', un melancólico 'andantino' y un danzante 'rondó' final. Las reiteradas aclamaciones propiciaron un bis de los solistas de una experiencia que sería interesante volver a repetir con otros músicos de la casa.

Y si espléndida fue la recreación de la 'Cuarta' de Brahms el 2016 en el inicio del ciclo con el autor, no menos intensa en su contenido fue la versión de la OBC de  la 'Sinfonía en re mayor, número 2', creada durante las vacaciones del compositor en los Alpes austriacos. El ambiente bucólico y rural apareció en la recreación de esta música de aire pastoral y de clara influencia beethoveniana. Brillaron los momentos de encendido lirismo, especialmente expuestos por las maderas. La cuerda desplegó una aplastante homogeneidad y, en conjunto, la actuación dejó claro que el proyecto emprendido con el músico alemán marcha viento en popa.