Vuelve la 'noche Bowie' convertida en tradición

Este miércoles se cumplieron dos años de la muerte de David Bowie, 48 horas después de su 69 aniversario, como consecuencia de un cáncer que mantenía en secreto, una noticia que dejó en estado de 'shock' a sus fans de todo el mundo. En solo seis días se montó entonces un homenaje en Razzmatazz que se reeditó 12 meses después y que se está convirtiendo en una tradición de estas fechas: su tercera edición tendrá lugar este viernes en la misma sala (a partir de las 21.00 horas) con, de nuevo, un amplísimo elenco de artistas; entre ellos, Gerard Quintana, Coti, Nacho Campillo (Tam Tam Go!), Brighton 64, Tori Sparks, Núria Graham, Nico Roig… La recaudación se donará a la Fundació per a la Recerca en Oncologia i Immunologia (FROI).

Pero, a ver, David Bowie fue grande, aunque, ¿es necesario homenajearlo cada año? "La idea es repetirlo mientras haya ganas por parte de las bandas. ¡Algunas, en septiembre ya nos están preguntando si se volverá a hacer!", explica una de las reponsables de la organización, Alicia Rodríguez, para quien la cita "es una manera de arrancar el año con un concierto en el que se crea un ambiente muy peculiar, sin rivalidades". Y añade: "Si además podemos recaudar fondos para una buena causa, es una doble alegría".

Variedad de estilos

Otra característica de estas 'noches Bowie' es su amplitud estilística: dado que el cantante británico transitó géneros tan dispares como el rhythm and blues, el pop, el folk, el glam-rock, el soul, el funk, la electrónica o el art-rock experimental, los implicados pueden jugar con muchas estéticas musicales. "Cada artista puede sentirse identificado con una faceta de Bowie", apunta Alicia Rodríguez, fan del artista, que lleva tiempo tratando de terminar su tesis doctoral de Humanidades, 'Glam, punk y postmodernidad', con Bowie como "figura central".

Así, por ejemplo, Brighton 64 ha ido a sacar lustre al Bowie primigenio y mod, el que en 1966 publicó el sencillo descaradamente 'sixties' 'Can’t help thinking about me'. "Como mods militantes que somos nos interesan los inicios de algunos artistas que luego siguieron otros caminos, como Bowie o Rod Stewart", explica Albert Gil, que se reconoce a la vez admirador de la etapa glam. De ahí viene su adaptación, que ofrecerán en Razzmatazz, de 'I can’t explain', de The Who, incluida en el álbum de versiones 'Pin ups' (1973), con la que rendirán culto a dos ídolos a la vez. "Hay, eso sí, cosas de Bowie que detesto: sobre todo, 'Let’s dance' y la etapa ochentera en general", desliza Gil.

En defensa de los 80

Pues precisamente ese Bowie de los 80, tantas veces denostado, es el que fascinó a una tierna Tori Sparks. La culpa la tuvo la película 'Dentro del laberinto'. "Yo era una adolescente de 13 años y me enamoré de él, de esa figura segura de sí misma, disfrazada y a la vez muy masculina, con una actitud rock’n’roll con purpurina", precisa la cantante estadounidense afincada en Barcelona, feliz de que la comunidad artística de la ciudad cuente con ella para un homenaje que ve como "una tradición bonita en la que resaltar tus raíces como músico".

Núria Graham, en cambio, demuestra que la admiración no tiene porqué depender de un cúmulo de recuerdos. La cantautora de Vic ha entrado recientemente en el mundo de Bowie. "Sobre todo a raíz de la exposición en el Museu del Disseny. Me dio muy fuerte", admite, y destaca de él que "no fue solo un autor de canciones sino un visionario, que creaba su propio vestuario y escenografía y se rodeaba siempre de las personas adecuadas para ir un paso por delante". Anuncia una versión de 'Ashes to ashes' a voz y guitarra, otro punto de luz de un concierto por el que desfilarán Steven Munar, Virtudes, Ramon Aragall, Marion Harper, Eric Vinaixa, The Slingshots, Álex Torío con Miquel Vilella, Empar Moliner, Jose Bartlett, Sigmund Wilder, Babies on Fire, Marta Delmont y Bambikina.