Luciano Concheiro. "Si fuera consecuente echaría mi libro al fuego"

El joven filósofo mexicano fue finalista del Premio Anagrama con su obra 'Contra el tiempo'

El filósofo mexicano Luciano Concheiro.

El filósofo mexicano Luciano Concheiro. / periodico

ELENA HEVIA / BARCELONA

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Aspira a hacer filosofía que se pueda entender. A sus 24 años, el mexicano Luciano Concheiro, discípulo de Slavoj Zizek, ha escrito un ensayo, 'Contra el tiempo', que le ha valido ser el finalista del Premio Anagrama. Un libro de combate con propuestas prácticas y muchos ejemplos de la cultura pop sobre cómo salir de ese bucle que nos retrata como hámsters en la rueda, siempre en movimiento pero sin lograr desplazarnos.  

Extraña una preocupación de este tipo en alguien que nació 1992, en plena aceleración. Me molesta hablar como joven, pero es una realidad. Soy hijo de la aceleración, por eso la mía no es una visión melancólica. Nací ya conectado al mundo digital. La mía es una visión más radical que dice basta a esta vida ansiosa que no es la mejor posible y que es el resultado de la lógica capitalista. Mi propuesta no es volver a un tiempo que no conocí sino vivir el instante, que sería la invención de un tiempo nuevo. 

¿Esa invención supone una revolución de tipo individual? Exacto. Me decía un viejo radical de izquierdas que esta resistencia que propongo es timorata. Y sí, no es valiente. No es agresiva ni heroica. Pero me gusta que sea así que no tenga nada que ver con grandes líderes como Stalin o Fidel. Creo que la revolución está en los pequeños gestos. 

¿No es eso demasiado romántico?  Sí, y si se quiere místico. Creo que el instante es una bisagra entre el tiempo actual y el tiempo venidero. pero es importante porque establece un corte muy fino que permite ver como una pequeña ventana a otro mundo posible, porque la crisis de imaginación crítica en la que estamos es muy grave. Eso se puede ver en una serie como 'House of cards' en la que jamás hay una discusión de corte ideológico. Lo que mueve esa política siempre son los grupos de interés y los escándalos. 

La victoria de Donald Trump cuadra perfectamente en esa trama. Totalmente. Es un sujeto que viene de los medios de comunicación y que inventa su capital político de un día para otro. No le importa la clase intelectual, la casta de los grandes periodistas, solo ser agresivo y hacer chascarrillos en el momento adecuado. Pero déjeme que le diga que Trump y Hillary, en el fondo eran lo mismo.

¿Lo mismo?  Eso lo dijo muy bien Zizek y se incendiaron las redes. Ambos tienen un consenso neoliberal, solo que uno lo empaqueta con un discurso más beligerante. Por eso ganó. 

¿Cuánta aceleración podremos soportar?  Es difícil decirlo. No hay nada natural en lo que somos y por eso se puede hacer una lectura política de nuestros horarios de sueño (¿sabe que las ocho horas de sueño son un invento de la fábrica para facilitar la producción, que antes se dormía en pequeños ciclos?). Y mientras tanto nuestra única reacción es quedarnos pasmados ante el último acto de terrorismo. Su impacto dura en nosotros lo que el tiempo del twitter o el facebook. 

Últimamente parece haber un mayor interés por la filosofía. ¿Lo constata? Creo que estamos buscando otro sentido que no sea el del dinero. Porque hemos encontrado que la existencia occidental es poco estimulante. Mi fórmula es encontrar una vía a través de la danza, la música, el arte, pero también de la cumbia, el sudor y la borrachera. Creo que tenemos que llenar el saber de cuerpo y de tacto y alejarlo de esa esfera de hombres sabios y retirados que busca esa cosa aburrida que es la verdad. A mí la verdad me interesa poco. 

Pero aquí está, promocionando un libro según las reglas del capitalismo. Por supuesto, soy un sujeto con contradicciones, pero uno más que está buscando la salida.  Mi pensamiento no tiene nada que ver con la solución definitiva. Por eso acabo el libro con una serie de narraciones en primera persona. Porque como dirían los situacionistas la vida está fuera de los libros. Y si fuera consecuente lo que haría es echar este libro al fuego y vivir el instante .