COMEDIA DRAMÁTICA

Como mucho un hostal El nuevo exótico Hotel Marigold

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El exótico Hotel Marigold (2011) combinaba fotogénicos escenarios de la India con un montón de talentosos actores veteranos, y no trataba la vejez como una maldición o un crimen sino como una segunda oportunidad, y en general era el tipo de película perfecta para recomendar a tu madre o tu abuela. Sí, era cursi y sensiblera, pero a pesar de ello

-o precisamente por ello- fue un taquillazo.

Mientras El exótico Hotel Marigold insistía en que la edad no debería suponer el fin de la aventura y la vitalidad, esta El nuevo exótico Hotel Marigold casi parece rebatir esa teoría involuntariamente. Porque, a pesar de que en ella hay más subtramas y forzadas coincidencias que gente en la India, nada verdaderamente relevante sucede. Después de todo, ¿qué sentido tiene hacer una comedia de choques culturales en la que, precisamente, no hay choque? La respuesta es obvia, y la película no se molesta en discutirla.

Al director John Madden tampoco le importan los aspectos prácticos o sociales de la vida en India y, por tanto, el entorno no importa para esta gente mayor, ni en sus amoríos ni en esa colección de conflictos y riñas que quedarían inmediatamente solucionados con una simple conversación de cinco minutos.  De nuevo, eso sí, la pantalla se llena de coloridos saris, mercados llenos de olores y sabores y calles llenas de tráfico y tuk-tuks, y de una serie de personajes nativos que, como en los buenos tiempos del colonialismo, están ahí solo para servir al hombre blanco. N. S.

John Madden