Cóctel vital y explosivo

La actriz Natalia Tena (10.000 km, Juego de tronos) es pura energía. Lo demostró en su visita a EL PERIÓDICO, donde grabó una versión acústica de una de las nuevas canciones de su grupo, Molotov Jukebox, de camino hacia Figueres, donde este sábado actúa en el festival Acústica. Allí, la mayoría del repertorio será de su primer álbum, Carnival flower, una explosión de color, frescura y energía. El próximo, Tropical gypsy, será distinto, advierte. «En el primero contaba con canciones muy diferentes que bebían de estilos diversos. En el próximo, que ya preparamos, nos centraremos más en la onda tropical balcánica pura», explica Tena, nacida en 1984 en Londres de padres españoles.

Too late, el tema que interpretó en este diario junto a Sam Apley (voz y violín) y Adam Burke (guitarra) -el grupo lo completanTom Wilson (bajo), Angus Moncrieff (trompeta) y Rami Sherrington (batería)-, habla de una relación que se ha roto. Pero no se trata de un tema amoroso ni tiene nada de lánguido. «Esta canción habla de alguien de la banda que ya no está con nosotros. Fue muy duro porque me costó más romper con ella y superar su pérdida que si hubiera sido un exnovio. El fin de una amistad también pueden ser horroroso. Pero la vida sigue», comenta con su peculiar forma de hablar, muy rápida, y con un castellano en el que se cuelan constantes anglicismos.

En Inglaterra, donde reside, su grupo es más conocido. En España, donde Molotov Jukebox empieza a tener bolos, Tena es sobre todo famosa por sus encarnaciones de la hechizera Nymphadora Tonks en la saga de Harry Potter y la salvaje Osha de Juego de tronos. Y también, claro, por 10.000 km, el premiado filme de Carlos Marqués-Marcet. «No puedo decir nada de Juego de tronos. Todo es más secreto que nunca porque el sexto libro no ha salido. Por eso hay tanto secretismo. Es muy heavy».

En Molotov Jukebox, Tena compone, canta y toca el acordeón, un instrumento que descubrió gracias al teatro. «Fue cuando entré en una compañía en la que se exigía tocar algo, y entre los instumentos que ofrecían había un acordeón. Cuando vi el acordeón conecté con él», recuerda. Tres años antes había abandonado sus estudios de piano. «Lo había estudiado desde los 3 años, pero a los 17 empecé a odiarlo. Yo quería tocar para hacer rock y, aunque en la música clásica había cosas que me gustaban, los exámenes del conservatorio me quitaron las ganas de seguir. No los soportaba». Tena es pura dinamita. Gesticula mucho mientras habla y da caladas a una pipa no tóxica de la que solo sale un vapor blanco. Le gusta cuidarse. «Me he aficionado a correr. Antes nadaba, pero después de pasar un mes en Brasil y nadar en el océano no quise saber nada del cloro. Me gusta correr porque te sientes fenomenal».

La pasión del directo

Su música refleja el espíritu del grupo, pero las letras del nuevo álbum, que esperan sacar adelante con el cowfunding, han sido creadas en su mayoría por Sam -su chico- y ella. No hay nada como tocar en directo, afirma. «La adrenalina te cambia. En el escenario no te ves a ti misma, estás siendo tú misma». Eso siempre que no haya problemas de sonido. «Lo peor que te puede ocurrir en un concierto es no escucharte. ¡Te sientes tan vulnerable!».

Nada de eso pasó cuando en su actuación en EL PERIÓDICO, pero, exigentes como son, hicieron varias pruebas antes de dar con la versión definitiva.

Vea el acústico de 'Too late' con el móvil o

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