MÚSICA

Clara Sanabras, el enigma

La cantante folk catalana, afincada en Londres, abre el lunes el festival Munt de Mots en Luz de Gas

La cantante Clara Sanabras, fotografiada la semana pasada en Barcelona.

La cantante Clara Sanabras, fotografiada la semana pasada en Barcelona.

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Cantante de voz serena e ingrávida, multinstrumentista y compositora, Clara Sanabras, catalana nacida en Rouen (Francia) y residente en Londres, ha girado por medio mundo como solista del espectáculo El señor de los anillos en concierto (versión escénica oficial de la película), ha compuesto para Natacha Atlas y ha grabado cuatro discos, el último de ellos, el sugerente y frondoso El vol dispers. Songs of Spanish exile, sin que apenas hayamos tenido noticia de su existencia. «Sí, soy un bicho raro. Y me gusta el enigma», afirma con una leve sonrisa.

Pues el lunes se rompe el misterio con su aparición en Luz de Gas (20.00 horas), en la apertura del Festival de Narració Oral Munt de Mots, donde recorrerá en solitario este repertorio de canciones en inglés, catalán, castellano y ladino, que hablan del exilio a través del tiempo, desde los sefardís hasta el siglo XX. Piezas propias y adaptaciones tradicionales. Sanabras tiene formación de música clásica y antigua, y aplica ese bagaje, y su dominio de instrumentos como el armonio indio y la guitarra barroca, a canciones que se mueven en torno a un folk expansivo y aventurero. ¿Alguien dijo world music? «Me peleo con esa etiqueta: es imperialista británico; músicos con ponchos o africanos», alega.

Se siente más cómoda hablando de folk, «música del pueblo», aunque su visión del género vaya más allá. «Tengo influencias de jazz, la música cinematográfica, la medieval...», apunta. La heterodoxia ha ido con ella desde que, siendo muy joven, hizo compatibles gustos aparentemente dispares. «Escuchaba a Cocteau Twins y a Bach. Y ahora me doy cuenta de que había un paralelismo entre ambos», reflexiona. La cantante de aquel grupo, Elizabeth Fraser, «con esa voz aguda y etérea», fue desde el principio «una fuente de inspiración» para Sanabras, que es bisnieta del músico y poeta Joan Llongueres, de quien hereda unos remotos ancestros indios sioux.

En su camino, ha estudiado laúd, se ha interesado por las polifonías medievales y compuso una canción, La vida callada, con texto de Frida Kahlo, para el disco Ana Hina (2008), de Natacha Atlas. Y pese a su satisfactoria experiencia con la gira de El señor de los anillos (que pasará en enero por el Auditori), deja claro que su esencia artística se expresa, sobre todo, en sus discos. «Mi pasión es escribir canciones», subraya. Composiciones como la sobrecogedora Absència, del nuevo disco, con texto de Pere Quart, en cuya grabación cuenta con la Cobla Sant Jordi. Producido por el británico Harvey Brough (que ha firmado arreglos para Atlas y artistas como Marc Almond y Soul II Soul), el trabajo cuenta con otro cómplice reconocible, el vallisoletano Eliseo Parra.

Mensaje de hermandad

Cantar a los exilios ha sido, dice, «como volver a las raíces»; una manera de conectar su experiencia personal con la memoria de tantos emigrantes forzosos. «Cuando tenía 17 años yo pude elegir ir a vivir a Londres, pero pienso en tanta gente que, no hace mucho tiempo, tuvo que dejar su tierra a la fuerza para no volver», señala Sanabras, que ha evitado dar un tono político al disco. «Para mí es importante que la gente extraiga sus conclusiones. Mi mensaje es de hermandad y solidaridad», apunta.

Sorprende, sea como sea, que sea una completa desconocida en su país de origen. «Nunca pensé que podía ser un producto comercial. He estado tan obsesionada en la disciplina musical que me he escondido en mi trabajo, sin pensar que debía darme a conocer en mi casa», explica. Se siente «en el corazón, muy catalana», si bien en Barcelona advierte que genera cierto desconcierto en sus interlocutores. «Gesticulo poco, hablo en voz baja, la gente nota algo...» 

Seguirá afincada en Londres, ciudad de la que valora las oportunidades que ofrece a los músicos. «Es la meca, aunque hay mucha competencia. Pero las puertas se te abren por tus méritos, no porque tengas padrinos», destaca. Pero espera que El vol dispers comienza a dejarse oír y le permita volver para actuar arropada por sus músicos. «Si hay presupuesto».