Cita de estrellas en el 47º Festival de Jazz de BCN

Diana Krall tiene una deuda con Barcelona. Hace un año, la cantante canadiense suspendió su concierto en el Festival Internacional de Jazz por una neumonía. Dentro de diez días, el 26, Krall saldará esa deuda con un concierto en el Auditori del Fòrum, que inaugurará la 47ª edición del ciclo.

Una semana después verá la luz la gran novedad de este año, Jazz & Food: una serie de conciertos gratuitos –The Excitements, la Big Band del Conservatori del Liceu, Grégory Privat & Sonny Troupé– combinados con gastronomía en el Parc del Centre del Poblenou. 

Desde entonces hasta el 22 de diciembre, un total de 100 actividades –más de 50 conciertos– dan forma a un cartel que sigue combinando grandes nombres con tesoros escondidos y nuevos talentos.

 Además de a Diana Krall, los flases apuntarán a Chucho Valdés, padrino del festival. El pianista cubano dará tres conciertos a lo largo del ciclo: una colaboración especial con Txarango –21 de noviembre en el Sant Jordi Club–, con sus dos hijos menores dentro del espectáculo Chucho Valdés en familia –20 de noviembre en el Teatre-Auditori de Sant Cugat– y solo con piano, el 22 de noviembre en el Teatre Joventut de L’Hospitalet.

Voces femeninas

Según ha dicho este martes el director artístico Joan Anton Cararach en la presentación del festival, el cartel se centra en tres focos: la relación del jazz con Cuba, las voces femeninas y los talentos de menos de 30 años. Con respecto al primero, sobresalen los nombres de tres pianistas de la isla: Gonzalo Rubalcaba, que recibirá la medalla del festivalcomo reconocimiento a su carrera, Roberto Fonseca y David Virelles. En cuanto a las voces femeninas, destacan Stacey Kent, «una de las grandes esperanzas del jazz vocal», dice Cararach; Buika, Noa –que celebrará sus 25 años de trayectoria con un concierto en Liceu junto a invitados del calibre de Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Miguel Poveda o Jorge Drexler– y Maria Schneider. Dice Cararach que posiblemente este sea uno de los últimos conciertos de la norteamericana con su orquesta, ya que no encuentra programadores que paguen a sus músicos. «Es una clara muestra de que el negocio del jazz se hunde», explica el director artístico.

Tito Ramoneda, director del festival, es más optimista: «Las circunstancias son difíciles, y no hay duda de que la industria de la música y de la cultura está cambiando, pero siempre tendremos posibilidades de reinventarnos». La promotora The Project ha confeccionado la programación con un presupuesto de 1.160.000 euros. Casi la mitad, el 46%, proviene de la taquilla.

Ramoneda dice que el festival se supera en varios aspectos: la edición más larga de su historia, más escenarios que nunca –20 espacios repartidos entre Barcelona, L’Hospitalet y Sant Cugat–, conciertos gratuitos y más entradas a la venta, 44.000.

Además de las entradas generales, que rondan los 20 euros, la organización del festival ha desarrollado cinco recorridos: Children of the Light, Chucho Valdés, Free Jazz, Chick Corea y All that Jazz. Cada recorrido corresponde a un abono, con precios que oscilan entre los 60 y los 300 euros.