COMPLEJO CULTURAL EN MARCHA

Cita con el futuro en Fabra i Coats

El centro de arte empieza las obras de ampliación y estrena temporada

Reconstrucción, realizada por Joan Bennàssar, de la casa del futuro de Matti Suuronen diseñada en 1965.

Reconstrucción, realizada por Joan Bennàssar, de la casa del futuro de Matti Suuronen diseñada en 1965.

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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De futuro, tanto física como conceptualmente, habla el Centre d'Art Contemporani de Barcelona. Pasados dos años de su inauguración, en el recinto de la antigua fábrica de hilaturas Fabra i Coats, y apaciguado el debate que precedió a su apertura -cuestionada sobre todo por los constantes cambios de emplazamiento-, el centro inicia su ampliación e inaugura temporada, la tercera, con la exposición Futurs abandonats. Demà ja era la qüestió, comisariada por Martí Peran.Así, a los 600 metros cuadrados ya en funcionamiento, el espacio sumará otros 1.329 en enero. Serán metros para uso expositivo y será el fin de la segunda fase de construcción, que ahora empieza y que cuenta con un presupuesto de un millón de euros. Habrá una tercera etapa, que aportará otros mil metros cuadrados, pero no empezará hasta el 2016. Cuando esté todo en marcha, se nombrará a un director del centro, hasta entonces, el espacio se rige por una mesa de expertos que es la que ha apostado por el proyecto de Peran para llenar la actual temporada.

«Un proyecto que no es un ciclo, sino tres exposiciones independientes», unidas por un programa de actividades que «cose» las tres muestras, explica el comisario. La primera, Futurs abandonats. Demà ja era la qüestió (hasta el 18 de enero), plantea la dificultad de proyectar futuros desde la contemporaneidad, «una contemporaneidad sometida a la dictadura del presente», afirma. De manera que los artistas de hoy miran al mañana evocando el pasado: los sueños de antaño que no se han materializado.

Es el caso de la pieza que da la bienvenida en la azotea del centro: una reconstrucción, realizada por Joan Bennàssar, de la célebre casa del futuro -transportable y con un coste mínimo- diseñada por Matti Suuronen en 1965. Habitáculo que empezó con mucho éxito pero que acabó fracasando estrepitosamente. Es uno de los muchos ejemplos de utopías del pasado fracasadas que figuran en la muestra y que llevan la firma, entre otros, de Jordi Colomer, Xavier Arenós, Rirkrit Tiravanija y Gustav Klucis.