FESTIVAL DEL MIL·LENNI

Chambao celebra la vida

Lamari de Chambao.

Lamari de Chambao.

MARTA CERVERA
BARCELONA

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No es casual que Lamari (Maria del Mar Rodríguez), la cantante y compositora de inconfundible voz, regrese al Palau de la Música Catalana el próximo sábado 27 de diciembre para decir adiós a un disco y una gira con los que ha celebrado los 10 años de existencia del grupo malagueño Chambao, que lanzó 'Endorfinas en la mente' en el 2003. «Cantar en el Palau de la Música siempre será algo muy emotivo para mí. Allí tocamos por primera vez después de mi operación», dice en referencia al cáncer de mama que la obligó a pasar por el quirófano en el 2005. «¡Imagínate la de recuerdos que me trae! En este lugar he sentido mucha emoción. Siempre me han tratado muy bien y conste que no es peloteo», señala. Lamari llega dispuesta a seguir celebrando la vida, con esta actuación en el marco del 16º Banc de Sabadell Festival del Mil·lenni.

El camino recorrido hasta ahora ha sido «increíble», reconoce esta mujer que prefiere no hacer demasiados planes y dejar que la vida la lleve. Hasta ahora no le ha ido nada mal. Chambao nació tras el encuentro casual entre sus integrantes originales -Lamari (voz), Daniel y Eduardo Casañ (guitarras y composición), amantes de los sonidos orgánicos- con Henrik Takkenberg, un productor especialista en electrónica con el que grabaron un tema. La canción llegó a Sony que les fichó y les promocionó como creadores del flamenco-chill, estilo que sedujo a un público amplio.

Más allá del flamenco-chill

Lamari, que desde hace tiempo es el único miembro original que sigue al frente de la banda, no se siente cómoda con ninguna etiqueta. «El flamenco es una música que me gusta pero hay muchas más. No quiero limitarme ni repetirme si mis gustos cambian. Quiero estar abierta a lo que salga y meter mano a otros estilos. Mi música no suena a flamenco-chill, suena a Chambao», afirma con su dulce voz durante la entrevista telefónica. «Yo no hago flamenco, solo tengo una voz con deje andaluz. Lo que me gusta es esa fusión de la electrónica con sonidos orgánicos. Me encanta darle esa vuelta de tuerca con la electrónica». Y recuerda que cuando conocieron a Takkenberg, él solo sabía del flamenco a través de dos tótems: Paco de Lucía y Camarón. «Pero no tenía ni idea de lo que vino después con Triana, Mártires del compás, Radio Tarifa y Ojos de Brujo, que ya empezaba a despuntar. No sabía nada del flamenco fusión». 

Confiesa disfrutar más en el escenario que en el estudio de grabación. «Nunca he tenido un ataque de miedo escénico como Pastora Soler o Sabina. Pero sí tuve que superar la vergüenza que sentía al principio». Al empezar cantaba literalmente agarrada del pie del micro y salía del escenario nada más terminar. «En el 2001, 2002 y 2003 no disfruté en escena. Solía quedarme ronca», dice la artista, que recurrió a un logopeda. «Detectó que mi problema no era de voz sino de cabeza, todo venía por la tensión que acumulaba al actuar, así que cambié el enfoque. Desde entonces vivo los conciertos como una explosión de alegría, me da igual que todos los ojos se fijen en mí».

Nuevo proyecto

Lanzará nuevo disco después de verano. «Estoy componiendo y sacando el polvo a algunas letras que tenía por ahí. No soy muy ordenada ni disciplinada. Actúo más por sensaciones», explica. Volverá a trabajar con el productor Alejo Acosta con quien colaboró en 'Con otro aire' (2007), su primer disco en solitario. Y también contará con Eduardo José Cabra Martínez, músico puertorriqueño de Calle 13. «Me he fijado en su evolución. Me gusta su manera de producir y sus programaciones». 

Al mirar atrás su balance es positivo «sobre todo a nivel personal», señala agradecida por el apoyo de su familia. «Doy gracias por haber podido disfrutar de la vida. Incluso de las cosas malas se extrae algo positivo. La risa y el llanto te hacen crecer, configuran tu persona y tu criterio». No quiere ni pensar dónde estará dentro de 10 años más. «Ojalá mi familia y yo estemos vivos y disfrutemos de la vida como ahora. En cuanto a Chambao, no sé. Esto de la música va y viene. Haces discos y giras, pero el público manda y nunca puedes saber si va tirar para otro lado».