El Centro Fundación Caja Rioja-Bankia Arnedo acoge la exposición de pintura y escultura de Antonio Montiel

El arnedano Antonio Montiel Quiñones expone desde este martes, la pintura y escultura que ha realizado en los últimos tres años en una muestra que se desarrolla en el Centro Fundación Caja Rioja-Bankia Arnedo hasta el 19 de diciembre. La inauguración tendrá lugar esta tarde a partir de las 19 horas.

Para el autor, "el enfoque general del conjunto elemental es dinamizador crítico de la inevitable realidad afín a nuestro devenir social, aun a pesar de la saturación cotidiana de nuestro intelecto, preñada de múltiple y generosa distribución expansiva de imágenes, surge otro resultado artístico, vívido; otro tipo de expresión gráfica y volumétrica, basada en el inseparable binomio arte-artesanía (o al revés)".

"Definitivamente, la historia afianzada en su propio y natural progreso indestructible: con los ojos se ve, con las manos se pinta, se esculpe; tutelados por la voluntad intelectual y por la intensidad sensitiva de quien así se lo trabaja. Con sencillez, ¿vale?", reflexiona Antonio Montiel.

La exposición que se inaugura en el Centro Fundación Caja Rioja-Bankia Arnedo se sitúa, según el autor, "a fin de equilibrar lo ecléctico del panorama actual del arte, aportando la emoción, que por eterna vive, con logros que nuestra percepción podrá apreciar haciendo ejercicio de desprendimiento de prejuicios culturales ostentosos o desafección".

"El arte sencillamente no existe si no existe con nosotros como tal, y su reflejo en nuestra cotidianeidad debe ser el principio de la convivencia mutua, armoniosa y enriquecedor", concluye Montiel.

El trabajo expuesto en Arnedo abre también como toda su obra perspectivas técnicas y racionales que certifican la necesaria evolución y riqueza de lo que en particular planteamos en el ámbito de la ciencia artística, su actividad y función; ingredientes que debemos potenciar con y contra lo vulgar e inexplicablemente considerado programado y expandido como identidad cultural.

"Así pues, con ánimo de incorporar una partícula pero profunda resolución a la presumible desaparición de los medios y métodos artísticos genuinos, propongo un viaje hacia la restauración del YO sensible, ver y sentir, reflexionar y vivir, también con una perpetua y metafísica sonrisa", termina el autor.