75º ANIVERSARIO

'Com dos rius paral·lels'. Las cartas de Màrius Torres y Mercè Figueras

El 75º aniversario de la muerte del poeta propicia la publicación de la correspondencia con su 'Mahalta' y la edición de su obra en prosa completa

Màrius Torres y Mercè Figueras, en el Mas Blanc, meses antes de la muerte del poeta en 1942.

Màrius Torres y Mercè Figueras, en el Mas Blanc, meses antes de la muerte del poeta en 1942. / Fons Màrius Torres. Biblioteca de la Universitat de Lleida.

Ernest Alós

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Durante siete años, hasta su muerte en 1942, el joven médico Màrius Torres (Lleida, 1910) vivió ingresado en el sanatorio antituberculoso del Puig d’Olena, en Sant Quirze Safaja (Moianès). Un "palau encantat", en palabras del novelista Joan Sales, en el que inició una intensa relación epistolar con otra interna, la joven Mercè Figueres (Girona, 1908-Barcelona, 1976), destinataria de poemas como sus ‘Cançons a Mahalta’, la primera de ellas tremendamente popular en su versión musicada por Lluís Llach. Sometidos ambos a las curas de reposo estricto y aireación previas al descubrimiento de los antibióticos, incluso cuando alguno de los dos jóvenes no estaba sometido a un periodo de aislamiento estricto su contacto estaba limitado a encuentros en las zonas comunes del sanatorio. Así que, con una monja, Enriqueta, como cartera, nació una relación epistolar de habitación a habitación, inédita hasta ahora, recogida en el libro ‘Cartes a Mahalta’ (Club Editor). Uno de los frutos del año dedicado a Màrius Torres, en el 75 aniversario de su muerte, junto con el simposio que este jueves empieza en Lleida y la publicación de ‘La prosa de Màrius Torres’ a cargo de Jordi Julià y Pere Ballart.

“Por primera vez la inspiradora de las ‘cançons a Mahalta’ está viva, en la escritura, al lado del poeta”, se felicita en su prólogo la profesora de la Universitat de les Illes Balears Margarida Prats. El libro incluye 86 cartas de Màrius Torres y 30 de Mercè Figueras, de las 503 que se conservan. “Los dos son sensibles, grandes lectores, amantes de la naturaleza y de la música; ella es risueña, expansiva, impulsiva y melancólica; él es más reservado, irónico y reflexivo. Cuando se encuentran, ella lleva nueve años luchando con la enfermedad, conoce por experiencia los síntomas físicos y psíquicos y ha pasado temporadas en otros sanatorio; él, en cambio, aún no hace un año que la tuberculosis lo ha alejado de la vida civil”, escribe Prats.

‘Cartes a Mahalta’ se cierra con el capítulo dedicado a Puig d’Olena de la biografía de Joan Sales que Montserrat Casals dejó inacabada al morir hace dos años. Figueras tejió una red de amistades por correspondencia, en la que entró un colega de su hermana en el servicio de enseñanza del catalán de la Generalitat, Joan Sales, y es ella quien presenta a Torres y Sales, quien tendrá un papel clave en el desarrollo, y posterior publicación, de la obra poética del leridano.  Eran, escribió Casals, “mucho más que un grupo de amigos interesados en la lengua al servicio de la literatura; en tiempos normales, aquello se habría traducido en una escuela poética (…) Ellos dos forman con Sales un triángulo de vértices casi perfectos”.

La relación entre Torres y Mahalta

La selección de las misivas de ‘Cartes a Mahalta’ se ha hecho intentando mantener el hilo de una relación a lo largo de siete años, con su evolución, altibajos y obsesiones. “Es como si asistieses a las conversaciones de dos personas que se conocen, se cortejan, se van descubriendo con una fascinación creciente, se enamoran, llegan prácticamente a romper y después reemprenden la relación con una perspectiva diferente, compartiendo toda la vida íntima e interior de una manera mucho más estrecha y franca que si se hubiesen tratado directamente”, explica Maria Bohigas, editora de Club Editor. "Torres despliega todo su ingenio y su ironía, fruto de la confianza que la amiga le merece, convirtiéndose así en comunicaciones galantes, sin excluir el dolor y la reflexión profunda”, escriben Julià y Ballart.

La pista de ‘Incerta glòria’

La relación epistolar entre Màrius Torres, Joan Sales y Mercè Figueras, y muy probablemente también la esposa de Sales, Núria Folch, es una de las fuentes que conforman el triángulo Lluís-Juli-Trini de ‘Incerta glòria’. La relación epistolar Torres-Figueras es solo uno de los cuatro lados de esta relación cuadrangular, en que gran parte de las otras correspondencias fueron destruidas. “Es un enigma múltiple”, reconoce la nieta de Sales y Folch, la editora Maria Bohigas. La publicación de ‘Incerta glòria’ desagradó a Figueras. “Para ella fue una traición a lo que habían vivido juntos, muy probablemente”, opina Bohigas, quien califica así los vínculos que establecieron los diversos corresponsales, incluso la “situación equívoca y ambivalente, a la que ella pone distancia”, con Sales: “Unas amistades amorosas, o afectos, una manera de quererse por carta, un triángulo con las ambigüedades que acaban produciéndose incluso entre personas obsesionadas por la pureza de lo que sienten”. 

La montaña mágica

Las cartas que reflejan las relaciones entre el grupo de amigos, según Montserrat Casals, “son el relato de un amor manifestado siempre de manera paradójica, no sabemos si imposible o no deseado, de una duplicidad difícil de discernir”. “La fiebre y la fuerte medicación -a menudo a base de morfina-, esa pequeña nube de éter de los productos que se utilizan sistemáticamente para la desinfección, no son ajenos a lo que a menudo toma forma de delirio y no pocas veces está a punto de producir verdaderos conflictos. Conflictos amorosos, aunque no lleven oficialmente este nombre”, precisa la biógrafa. “Pese a declararle un amor “blanc, a penes rosat”, Màrius la ha dejado con la miel en la boca. Sales, con sus excesivos formulismos galantes, la llega a exasperar. Ella elabora entonces una teoría muy personal del amor y del sufrimiento que comporta (…) Joan Sales no era Hans Cartop ni Màrius Torres era Joachim Ziemsses, y Centelles no es Davos; però Puig d’Olena es nuestra ‘Muntanya màgica’”, concluye.

“Una de las cosas sobre las que queríamos pasar de puntillas era fantasear sobre cuál era su relación; no queríamos hacer prensa rosa. Aunque es motivo de especulación hasta qué punto Mârius Torres era correspondido. Es evidente que hay enamoramiento, atracción mutua, pero una persona con escrupulosidad moral y nobleza de espíritu sabía que esa relación no era viable”, sostiene el profesor de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universitat Autònoma de Barcelona Pere Ballart. “Lo que me interesa más es hasta qué punto una relación afectiva, sentimental, lleva a Màrius Torres a reflexionar sobre el amor en general, con páginas profundas, brillantes”, añade.

El Màrius Torres prosista

Ballart es el autor, junto con su colega Jordi Julià, de ‘La prosa de Màrius Torres’, un volumen editado por el servicio de publicaciones de la Universitat de Barcelona. Junto al corpus bien establecido de poesías de Torres, unas 150, 96 de ellas editadas de forma póstuma en el exilio por Joan Sales y el resto incorporadas en reediciones posteriores, Julià y Ballart sostienen que se tienen que valorar el volumen de textos en prosa que recopilan y analizan en su libro: sus artículos de prensa para ‘La jornada’ y ‘L’ideal’, de 1934 a 1936, siete narraciones, una novela inacabada, ‘Crònica d’un metge novell’, con 50 páginas conservadas, dos dietarios, la abundante correspondencia, tres ensayos (el más llamativo de ellos titulado ‘Perquè no sóc demòcrata’) y varios fragmentos descriptivos de viajes, personas y fotografías familiares. Como, por cierto, los apuntes para el retrato de Mercè Figueras: “La primera vegada que la vaig veure em va fer l’efecte d’una Valquíria disfressada de Madonna de Rafael. La segona vegada em va semblar més aviar una Madonna disfressada de Valquíria. La tercera vegada ja vaig veure que era gironina. No vol ésser descoberta, sinó endevinada. La naturales imita l’art. El seu cor és tan sincerament humil, que en ella la humilitat sembla una coqueteria. Sap els noms de totes les flors, tots els arbres, tots els ocells, tores les bestioles. Sap el noms de tot això, perquè ho estima. Té una necessitat invencible de creure en la bondat dels seus amics”.

“Arrastramos una larga tradición que identifica a Màrius Torres como poeta, pero su prosa es un contrapunto interesante, que ha de cambiar un poco la perspectiva. Acostumbramos a pensar en un poeta atormentado encerrado en el sanatorio de Puig d’Olena pero queremos mostrar un Màrius Torres afable, vitalista, conectado al día con las noticias de la guerra”, explica Ballart.

Aunque su novela, con evidente base autobiográfica, sea solo un embrión, y sus ensayos sean pocos, según Ballart esta producción “tiene un interés enorme porque nos muestra la típica figura del intelectual de los años 30, no solo el poeta lírico”. Si se excluyen los artículos de prensa, y una obra de teatro de preguerra, su producción no tenía como objetivo inmediato ser publicada. “Aún admira más que alguien ponga tanta energía en intentar depurar un estilo y construir una prosa de esta calidad. Él mismo dice que en el fondo la escritura es para él una forma de meditar, ya que no sabe rezar, una forma de sobreponerse a la adversidad personal, física, política, familiar…” Incluso en su novela, la relación entre los dos personajes antagonistas refleja los dos aspectos de su propio yo”, apunta Ballart, que cree que la interrupción de la novela no es un hecho casual, sino que responde al momento en que decide que este ejercicio de introspección puede tener un vehículo más adecuado en la poesía.

Y hablando de rezar; el particular sentimiento religioso de la familia Torres (su abuelo fue uno de los pioneros del espiritismo en Catalunya) está diseminado en diversos textos. “Siempre habían pensado –dice Ballart- que los familiares muertos eran como pequeños dioses domésticos que les protegían. Siempre reticente hacia la iglesia católica, es difícil encontrar un poeta con tanto sentido de lo trascendente”.

La actividad de la Càtedra Màrius Torres de la Universitat de Lleida

La Càtedra Màrius Torres ha publicado otros dos títulos con motivo del aniversario de la muerte del poeta. <strong>'36 poetes comenten 36 poemes de Màrius Torres'</strong> y el facsímil <strong>'Tries de poemes (1938)',</strong> que recoge dos colecciones autógrafas de poemas que seleccionó el propio autor, 'Totes les poesies 1933-1938' y 'Tria de poemes de Màrius Torres per a Joan Sales'. Anteriormente, la cátedra había publicado los facsímiles de los poemas más precoces de Torres y una selección dirigida a Mercè Figueras.