Cartas y latigazos en los locos años 20

Se publican las cartas de contenido explícitamente sexual que una mujer envió a su amante en 1929

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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El diplomático francés Jean-Yves Berthault se topó, mientras ayudaba a una amiga a vaciar un sótano, con una cartera de cuero llena de cartas, escondida bajo marcos rotos, sillas y una caja llena de potes de vidrio. Esa cartera de cuero contenía las cartas enviadas por una mujer a su amante, allá por 1929. Nada de coqueteos, sino lo que incluso hoy en las categorías del porno se tipificaría como sexo duro: sadismo, relaciones bisexuales con el aliciente del voyeurismo y efusión de fluidos y utilización de objetos penetrantes en cada una de las partes de la anatomía de ambos amantes susceptible de ser utilizada.

Berthault compró la colección de cartas y aprovechó que el primer destino de su carrera con rango de embajador fue una plaza tan relajada como el sultanato de Brunei para transcribirlas, ordenarlas  y seleccionar un tercio de ellas para su publicación, bajo el título de ‘La pasión de Mademoiselle S.’, enmascarando los nombres que aparecen en ellas sustituyéndolos por los de Charles y Simone. En Francia las ha publicado una gran casa como Gallimard. En el Reino Unido se hicieron con ellas los editores de ’50 sombras de Grey’. En España, Seix Barral y Edicions 62.

LATIGAZOS Y BESOS

En una nueva demostración de que la conducta humana es mucho más constante a lo largo del tiempo de lo que creemos, ese obsesivo vínculo epistola era bastante parecido a lo que hoy, en el mundo digital, llamamos ‘sexting’. Aprovechando el rapidísimo servicio de cartas neumáticas (una red de tubos de aire comprimido que recorrían París), ’Simone’ reseñaba su última velada sexual o su programa de actos para la siguiente sesión, a menudo con el objetivo de leerlas juntos, al cabo de pocas horas, justo antes de entrar en materia.

Ni rastro de una iniciación al estilo de 'Grey': apenas hay un crescendo en las actividades que propone Susane a su amante (los latigazos a Charles empiezan ya en la página 13, alternados con un ñoño “beso en tus labios queridos y tus bonitos ojos castaños” para seguir con inclementes exploraciones anatómicas) pero inclusión de un segundo partenaire masculino que dé guerra al joven amante que exige y consigue Susane, seguida de la reclamación de incluir en el juego a una joven amante de esta, acaban rompiendo la relación, para desesperación de la autora de las cartas.

LOS LOCOS 20

Berthault sostiene que recorreríamos en vano “la literatura más atrevida de aquel momento” sin encontrar en ella “el vocabulario obsceno” que utiliza la autora en su correspondencia. Asegura Berthault que “Pierre Louÿs no llegaba a tales extremos” y que en esas fechas André Gide “apenas se aventuraba a expresar sus obsesiones homosexuales”. Apreciación que ha animado a alguna prensa francesa a emitir opiniones -“el texto erótico más apasionado jamás escrito”- que se han incorporado a la campaña de promoción del libro pero que puede ser cuestionada si se recuerda que el procaz ‘Manual de urbanidad para jovencitas” de Louÿs se escribió en 1917 y se publicó en 1927, y que ‘Las tres hijas de su madre’ era un libro insuperablemente inmoral cuando lo escribió en 1910, lo era cuando se publicó bajo mano en 1926 y lo sigue siendo hoy.

Como reconoce el editor, esa mujer desconocida vivía en “un nuevo mundo en ciernes”, el de los locos años 20, contemporáneo de las primeras películas pornográficas y de la “emergencia de un nuevo orden amoral parisino”.

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