UNA NOVELA MULTIPREMIADA

Carrère descubre al imposible Limónov

3El autor francés cuenta la vida del turbio poeta y político

El escritor Emmanuel Carrère, el pasado lunes, en el Instituto Francés de Barcelona.

El escritor Emmanuel Carrère, el pasado lunes, en el Instituto Francés de Barcelona.

ELENA HEVIA
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un personaje bigger than life. Con la salvedad de que no ha surgido de la imaginación de ningún escritor. Existe y a sus bien llevados 70 años vive en Moscú. Es Eduard Limónov, mitad héroe, mitad villano, objetivo de la última novela, biografía, crónica o ejercicio de autoficción (o todas esas cosas a la vez) del escritor francés Emmanuel Carrère (París, 1957). «Su vida es un relato de aventuras o una novela picaresca que me ha permitido explicar desde dentro la caída del comunismo en Rusia», explica el autor, de promoción en Barcelona, que admite haberse acercado a él con sentimientos encontrados de fascinación y repulsión.

Limónov (Anagrama), un libro que ha obtenido en Francia varios premios mayores como el Renaudot, el Premio de la Lengua Francesa y el apabullante Prix des Prix en su primera convocatoria en el 2011, sigue esa vida tan rica, extravagante y contradictoria que merecería no ya una novela o una superproducción en cinemascope estilo Doctor Zhivago, sino una serie de televisión de varias temporadas.

Limónov, el hombre, se resiste a la reducción. Su historia es tan compleja como la de su país natal: «magnífica, brutal, peligrosa y caótica», como enumera Carrère. El ruso fue joven poeta disidente en la Unión Soviética -donde pasó por un psiquiátrico tras un intento de suicidio-. En los 70, exiliado en Nueva York, ejerció de vagabundo en el Bronx y fue mayordomo de un millonario. Escritor de éxito en el París de los 80, con su escandaloso libro autobiográfico El poeta ruso prefiere a los negrazos, sobre sus experiencias eróticas neoyorquinas, se convirtió en un cruce de Henry Miller y Charles Bukowski, con un toque punk.

A partir de ahí, adquiere tintes cada vez más inquietantes. Su siguiente reencarnación es de impacto. Amigo de Radovan Karadzic y la causa serbia, se le pudo ver en un documental disparando una metralleta a transeúntes de Sarajevo. Regresó a la Rusia poscomunista en 1991 y fundó un partido, el nacional bolchevique -y acudió a las elecciones junto al maestro de ajedrez Gari Kaspárov- que aúna fascismo y ortodoxia marxista. Un intento de golpe de Estado le lleva a la cárcel y sale de ella convertido en opositor de Putin. «Es un viejo rodeado de jóvenes militantes», los nasbols, una especie de skinheads que tienen como héroes a Jim Morrison, Lenin, Baader y Mishima.

¿POLÍTICO RESPETABLE? /En el 2006, Carrère, en tareas de periodista en Moscú, cree ver la figura de Limónov, a quien ya casi había olvidado, en un acto público. «Mi sorpresa fue mayúscula cuando la gente afín a Anna Politkóvskaia y gente demócrata, como la viuda de Sájarov, me hablaban de él como un político respetable». Carrère, hijo de una de las principales historiadoras francesas de la URSS, no entiende nada y para intentar iluminar ese misterio escribe este libro. «Le entrevisté durante 15 días y al final llegué a tener más dudas de las que tenía al principio. Pero creo que si el libro es interesante es porque no ofrece conclusiones».

¿Cómo ha recibido Limónov el libro? «No lo ha dicho públicamente, aunque a mí me asegurara que como autor le había resucitado y sistemáticamente cuelga en su web todos los artículos sobre la novela. Yo diría que eso es una forma de aceptación».