ESTRENO EN EL GOYA

Carmen Machi, de zorra a monja

La actriz toma los hábitos en 'La autora de Las Meninas', una comedia de Ernesto Caballero situada en la España del 2037

fcasals38141428 meninas170422133019

fcasals38141428 meninas170422133019 / periodico

MARTA CERVERA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tras triunfar con 'Juicio a una zorra', de Miguel del Arco, en el Goya la temporada pasada, Carmen Machi regresa al centenario teatro barcelonés con 'La autora de Las Meninas', una comedia escrita y dirigida por Ernesto Caballero, director del Centro Dramático Nacional (CDN)Ernesto Caballero, que corpoduce el montaje junto con Focus. La actriz toma por primera vez los hábitos en un papel que se halla en el polo opuesto de la alcohólica Elena de Troya de su última producción; interpreta a Sor Ángela, una monja cuya misión es salvar España a través del arte.

Estamos en el 2037, la Comunidad Europea ha desaparecido y en España se vuelve a pagar con pesetas; el Gobierno populista del Partido del Pueblo opta por solucionar la dramática situación de las arcas del Estado vendiendo 'Las Meninas' de Velázquez. El plan es hacer una réplica exacta del cuadro para que nadie perciba el cambiazo. Sor Ángela, una monja copista especialista, deberá encargarse de ello. Sin embargo, la transformación que experimenta la monja durante el proceso creativo, de la que serán testigos la directora del museo (Mireia Aixalà) y un guardia de seguridad (Francisco Reyes), que pondrá en peligro la misión.

LA CULTURA COMO INVERSIÓN

"El texto ofrece una mirada crítica al lugar que ocupa el arte en la sociedad y ofrece un recorrido por las artes plásticas de vanguardia, desde Duchamp hasta Warhol, Pollock y Marina Abramovic",  afirma Caballero, licenciado en Historia del Arte. Asegura que su experiencia como director del CDN "en un momento de cataclismo y de vacas flaquísimas" no ha influido a la hora de crear 'La autora de Las Meninas'. Pero sí su desilusión "como ciudadano" ante el trato que recibe la cultura en este país. "Ante esta crisis tan tremenda he echado en falta una apuesta más decidida y perspicaz con respecto a la cultura como inversión a todos los niveles. Ha habido un poco de miopía".

Caballero tenía a Machi en mente cuando escribió la obra. "Carmen es la reina Midas del teatro. Todo lo que hace lo convierte en oro", dice el autor, que ya había trabajado con ella en 'La tortuga de Darwin' (2008) y 'Auto' (2007). También colabora de nuevo con Paco Azorín, cuya despejada escenografía permite seguir la evolución de la copia del lienzo.

ARTE, VANIDAD Y PODER

La obra aborda muchos temas. Desde el uso y la consideración del patrimonio artístico por parte del poder hasta la función del arte y la vanidad del artista. "Es una obra muy intelectual y erudita, pero a la vez es puro rock'n'roll y eso la hace cercana al público", apunta la actriz. "En los bolos realizados hasta ahora hemos detectado que la obra conecta porque dice todo aquello que los políticos no cuentan. La sociedad sabe mucho y se identifica con ese estado de inquietud descomunal, de angustias y de cabreo hacia quienes nos dirigen".

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Ser vanidosa no es malo\",\u00a0","text":"\"Ser vanidosa no es malo\",\u00a0apunta Machi. \"El problema viene cuando se te va la pinza\""}}

Machi considera que el personaje de Sor Ángela es "fascinante". Empieza la obra como humilde copìsta y acaba casi convertida en 'performer' mediática. "Ser vanidosa no es malo", señala la intérprete. "Produce un punto de tensión muy interesante. El problema viene cuando se te va la pinza y dejas de tener los pies en el suelo".

Ernesto Caballero, que se inspiró en la figura de la monja Isabel Guerra, una valorada pintora figurativaIsabel Guerra, explica que eligió a una religiosa como antítesis de la vanidad y el ensimismamiento que critica en la obra. "A menudo me he preguntado por el rol de la vanidad en el arte y en teatro. Velázquez fue uno de los primeros artistas en asomarse a su obra desde detrás de los bastidores en 'Las Meninas'. Pero ese camino, si se pervierte, puede producir monstruos". Ese ensimismamiento, advierte el autor, es el mismo que hoy reina en las redes sociales. "¿Para qué sirven? Pues fundamentalmente, para construir una imagen propia. Decimos que nos comunicamos pero lo que lanzamos es una película que hacemos de nosotros mismos. Es como un espejo que impide la comunicación y la relación con el otro".