Carme Riera: un premio nacional en dos lenguas

Carme Riera recibe el Premio Nacional de las Letras Españolas del Ministerio de Cultura y lamenta que en Catalunya "el nivel de ridículo que estamos haciendo supera cualquier sátira"

Carme Riera, Premio Nacional de las Letras Españolas

Carme Riera, Premio Nacional de las Letras Españolas / periodico

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Carme Riera tiene elementos para pensar que el jurado que la ha galardonado este martes con el Premio Nacional de las Letras Españolas ha tenido motivaciones distintas que las de enviar un mensaje al distinguir a una autora que ha combinado el catalán y el castellano. Pero parece que tampoco le parezca mal que se haga esa interpretación y que tanto el veredicto como la felicitación del ministro de cultura destaquen esa convivencia de las dos lenguas en su obra . «Si con esto se ayuda al entendimiento no me importa aceptarlo, porque yo soy partidaria de los trenes y no de los choques de trenes, de tender puentes y ofrecer manos y no de dinamitar puentes y rechazar la mano», ha dicho en la rueda de prensa que ha ofrecido al poco de hacerse público que era la ganadora del galardón convocado por el Ministerio de Cultura.

Riera, nacida en Palma en 1948 y afincada en Barcelona desde los 20 años, ocupa desde hace dos uno de los sillones de la Real Academia Española y preside Cedro, la entidad que vela por los derechos de autor de los escritores. Directora de la cátedra José Agustín Goytisolo y especialista en el siglo de oro y en la generación de poetas barceloneses en lengua castellana de los 50 (obtuvo el premio Anagrama por La escuela de Barcelona), su obra académica se ha desarrollado en castellano, mientras que el catalán ha sido la lengua de la práctica totalidad de su obra literaria, centrada en la reflexión íntima, la memoria histórica y con excursiones en la novela negra y el humor. A lo largo de su carrera los premios le han llegado desde Barcelona y desde Madrid.

¿Reconocimiento inusual?

Según Riera, el número de escritores en lengua catalana galardonados con el Nacional de las Letras, ocho sobre 31, «no es una proporción mala» y en cualquier caso es mucho mejor que la proporción de mujeres premiadas, ya que ella será la que hace cuatro. Riera ha recordadoque, por ejemplo, es miembro de la Real Academia Española y no del Institut d'Estudis Catalans, algo que tiene que ver con la baja presencia de «escritores y mujeres» en el IEC pero que también puede significar que allí la deben de «querer más».

En cualquier caso, ha sostenido Riera, «la literatura en catalán, euskera y gallego debería ser más conocida y apreciada y leída por la gente del resto del Estado; la gente entra en las librerías y prefiere a un escritor norteamericano, antes a Paul Auster que a Jaume Cabré» pero «no debemos pensar que somos rechazados por el hecho de ser publicados en catalán». Ese rechazo, sostiene, se exagera, «igual que cuando te dicen que qué horror lo que sucede aquí, y desde mi punto de vista la situación es complicada y a veces ridícula, pero la gente vamos a trabajar, tenemos amigos independentistas, nos hablamos y no veo tanto rebombori».

El ridículo del 'procès'

Carme Riera ya ha escrito algún libro de sátira política, pero no se plantea hacerlo de nuevo. «Me quedé muy corta con lo que está pasando porque la realidad supera la ficción, el nivel de ridículo que estamos haciendo supera cualquier sátira. Si lo escribes en una novela te dicen que exageras», ha dicho, aparte de manifestarse «desde luego» como no independentista y de criticar a Mas por «no dar la cara» en la lista de Junts pel Sí y exigir la presidencia.

"Mas presentándose cuarto, tapado por los que iban delante en la lista, recuerda a aquel chiste de las mujeres africanas que caminan delante de los hombres y ya no detrás de ellos. 'Si que han progresado', les preguntan a los hombres. 'No, es que hay minas', responden", ha bromeado.

Pero no solo la situación política en Catalunya preocupa a Riera. También el nivel de los universitarios. «El problema es muy grave, un desastre, no les puedo explicar nada porque no han leído nada, porque la literatura ha desaparecido del bachillerato. El otro día dije que Blas de Otero entró en el PC y me miraron alucinados», se exclama. «Cuando hablo del prepucio del niño Jesús, hace años tenía que explicar a algunas estudiantes qué era el prepucio, ahora, qué es el niño Jesús», ha añadido.

La editora de Carme Riera en Edicions 62, Pilar Beltran, ha lamentado la ausencia de dos personas que ayer hubiesen sido felices, Isidor Cònsul y Josep Maria Castellet. Carme Riera ha añadido una tercera, su agente, Carmen Balcells. «Me dijo 'cuando me muera no te preocupes, que ya haré milagros'. Y está haciendo milagros, como mi premio o el Planeta de Giménez Bartlett. Ni jurado ni nada, está haciendo milagros», ha bromeado.

En la actualidad, ha dicho Riera, está escribiendo una novela y una serie de retratos literarios, en la línea de los de Josep Maria Castellet, centrados en las figuras de José Agustín Goytisolo, Jaime Gil de Biedma y Carlos Barral.

El último escritor en catalán que fue galardonado con el Nacional de las Letras Españoles fue Josep Maria Castellet, en el año 2010, precedido de Miquel Batllori, Joan Perucho, Pere Gimferrer, Martí de Riquer, Joan Coromines y J. V. Foix.

Los miembros del jurado del premio nacional han sido el director General de Política e Industrias Culturales y del Libro, José Pascual Marco Martínez; la subdirectora General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, Mónica Fernández Muñoz,  Emilio Lledó, Luis Goytisolo; Inés Fernández-Ordóñez, Ramón Villares Paz, Ana María Toledo Lezeta, Joan Martí, Antonio Hernández, José Enrique Martínez Fernández, Blanca Berasategui, Teresa San Segundo Manuel  y Mercedes Monmany.