Capitán América se las tiene con Iron Man

Marvel enfrenta a su 'dream team' en 'Capitán América: Civil war', en la que se reflexiona sobre el poder ilimitado, y sus consecuencias, de los superhéroes

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JULIÁN GARCÍA / BARCELONA

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Dos héroes icónicos, Capitán América e Iron Man, se pelean durante dos horas y media épicas, en el centro de un mundo que se pregunta si es bueno que esos tipos gocen de poder ilimitado. A su alrededor, mientras, aparecen otros justicieros disfrazados que tarde o temprano tendrán su propia película. ¿Verdad que suena familiar? 

En efecto, el asunto de los daños colaterales era también uno de los ejes centrales de la recentísima 'Batman v Superman: el amanecer de la justicia', aunque en última instancia su director, Zack Snyder, desdeñaba todo sentido de la responsabilidad ética con su aparatoso final ultrapocalíptico.

Similares dilemas morales nutren 'Capitán América: Civil war', que llega este viernes a nuestros cines. Será que, tras pasar años destruyendo ciudades enteras, los superhéroes de repente han desarrollado una conciencia. En el caso de 'Civil war', esos dilemas se han ido cociendo a fuego lento dentro de ese magma llamado Universo Cinematográfico de Marvel (MCU) que viene construyéndose en las multisalas desde el estreno de 'Iron Man' (Jon Favreau, 2008). En el MCU, personajes y tramas de diferentes sagas de superhéroes se intersectan libremente de manera que, a día de hoy, nadie se cuestiona qué narices hacen Iron Man, Spider-man o la Viuda Negra en una película del Capitán América.

Cuando 'Los Vengadores' (Joss Whedon, 2012) llegó a los cines, fue aclamada como el acontecimiento Marvel definitivo: sus cuatro principales superhéroes se unían contra una amenaza planetaria mayúscula. Hasta ahora, ninguna película posterior de los estudios, ni siquiera su secuela, 'La era de Ultron' (Joss Whedon, 2015) logró igualar ese nivel de grandilocuencia y de poderío sobrehumano. Pero eso, decimos, era hasta ahora. Porque, pese a su título, 'Capitán América: Civil war' es esencialmente una tercera entrega de 'Los Vengadores' aunque a Hulk y a Thor no se les vea ni el pelo ni el músculo.

REUNIÓN FAMILIAR

“No es que quiera compararme con Coppola, pero de algún modo la saga de 'Capitán América' funciona como 'El Padrino'”, ha asegurado Joe Russo, que codirige la película con su hermano Anthony Russo. “Aunque en el fondo aquella es la historia de Michael Corleone, introduce otros arcos narrativos para retratar a toda una familia. Nosotros hemos querido hacer lo mismo”. 'Civil war', por tanto, vendría ser como una reunión familiar que acaba a tortas.

Los Russo imprimieron en su día nuevos aires al universo Marvel con 'Capitán América: el soldado de invierno' (2014), que desdeñaba ciertos clichés del género –los malvados supervillanos, por ejemplo– y, a la manera de una intriga de espionaje, se preguntaba hasta qué punto era aceptable que los gobiernos eliminaran nuestras libertades con el pretexto de mantenernos a salvo.

'Civil war' funciona de modo parecido. Los Vengadores han salvado el mundo dos veces pero en el proceso ha muerto mucha gente inocente, por lo que las Naciones Unidas pretenden imponer mecanismos de control sobre la actividad del grupo. Iron Man (Robert Downey Jr.) cree que es buena idea; el Capitán América (Chris Evans)Chris Evans discrepa, porque cuando se salvan vidas hay que asumir daños colaterales y porque, al fin y al cabo, esta es su película. Una vez el resto de héroes toman partido por uno u otro bando, la guerra se hace inevitable. Para complicar las cosas está Zemo (Daniel Brühl), un misterioso antagonista que se halla detrás de los catastróficos acontecimientos que han conducido al conflicto. 

'Civil war' incluye más superhombres que ninguna otra película de Marvel hasta la fecha, incluyendo las dos entregas de 'Los Vengadores'. Algunos de ellos aportan sustancia cómica y por tanto funcionan como contrapeso de aquellos que acarrean el bagaje emocional. Todos ellos tienen oportunidad de lucirse en el momento central del filme, una batalla de 17 minutos entre los dos bandos –seis contra seis– que sin duda es la secuencia más ambiciosa de todo el MCU.

Detrás de todo el espectáculo, los espectadores más entregados verán meditaciones sobre el peso de los ideales, el significado de la lealtad y el coste de la venganza. Los cínicos, en cambio, verán la película esencialmente como un escaparate para introducir a algunos de los personajes, como Pantera Negra o el nuevo Spider-Man, que deberán lucirse en futuras aventuras. En todo caso, la guerra culmina en un duelo de intensidad operística y, aunque sabemos que no supondrá el final de nada –los hermanos Russo se encargarán también de dirigir las dos próximas películas de 'Los Vengadores'–, dejará marca sin duda y generará preguntas sobre qué les depara el futuro al Capitán América y compañía. Justo lo que los Estudios Marvel quieren.

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