recital en barnasants

El canto del despertar de Aragón

Joaquín Carbonell muestra su nueva antología en el Barradas

Joaquín Carbonell.

Joaquín Carbonell.

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Hace cuatro décadas, José Antonio Labordeta, La Bullonera y Joaquín Carbonell se veían erigidos en la tríada de voces que cantaban a un Aragón popular en oposición al relato oficial del franquismo. «No pretendíamos convertirnos en profesionales. Era la gente la que nos empujaba al escenario», destaca Carbonell, cuyas canciones despertaron conciencias entre sus paisanos. «Los aragoneses descubrieron a alguien que les contaba sus cosas en su mismo lenguaje», recuerda.

Piezas como Doña Peseta Me gustaría darte el mar, que fueron a parar a su primer álbum, Con la ayuda de todos (1976), en el que tomaron parte Toti Soler y los integrantes de La Rondalla de la Costa, y que Carbonell recupera en su nuevo trabajo, 1 Vida & 19 canciones(21.00 horas), dentro de Barnasants. Canciones de todas sus etapas, si bien las más antiguas aparecen en versiones discográficas modernas, dado que sus cuatro primeros álbumes (1976-79), publicados por RCA, están fuera de su control. «Yo creo que ni ellos saben que los tienen. Debería ir a verlos, pero me da mucha pereza», lamenta el cantautor de Alloza (Teruel), que dio sus primeros pasos como batería de una orquesta de baile, la Bahía.

Carbonell siempre ha estado vinculado a Catalunya, empezando por sus apellidos, no tanto el primero (que « está en Teruel desde el siglo XV», asegura) sino más bien el segundo, Martí. Su madre era de Sarrià, y ahí fue, a los Salesianos, a estudiar. «Compré mi primer disco, de Trini López, en la calle Pelai», recuerda. E hizo la costa trabajando en hoteles de Sitges y Caldetes. De nuevo en Teruel, tuvo a Jiménez Losantos como compañero de clase y a Labordeta y a Sanchis Sinisterra como profesores. En Zaragoza descubrió a Bob Dylan gracias a Javier Mas y ahí nació el trovador cronista. «En los años 70 la gente venía a vernos como si fuéramos periodistas. Ahora es distinto, tienes que contar otras cosas y por eso mis canciones actuales son más de yo que de nosotros», explica.

Modelo Sabina

Colgó la guitarra en 1982 y la recuperó en 1996, y hasta hoy. En aquellos años, la figura del cantautor quedó oscurecida, si bien coincidió con el auge de la estrella Joaquín Sabina, a quien conoció ya en 1977 y que reconoce como influencia en su obra moderna. «Cuando volví a hacer canciones vi que tenía que pasar por lo urbano, y Sabina era el modelo, aun manteniendo mi estilo propio», señala. Y esboza una teoría. «Sabina es como Podemos, que han ocupado el lenguaje, el territorio. Crear ahora un partido nuevo sin parecerse a Podemos es muy difícil», considera Carbonell, que espera que los catalanes no le tengan en cuenta venir del lugar que ha inventado esa lengua llamada lapao«Hacía tiempo que no veía hacer tanto el ridículo a unos políticos».