Cita de dos genios de la música con Barcelona

Cañizares desnuda su alma

Dos grandes instrumentistas españoles, Cañizares y Jorge Pardo, coinciden en la cartelera Barcelonesa. El guitarrista celebra hoy en el Auditori 40 años de oficio con un concierto de presentación de su último disco, 'Cuerdas del alma'. El saxofonista, designado mejor músico europeo de jazz del año en Francia, lleva su genialidad, mañana, a El Dorado.

El guitarrista celebra en el Auditori 40 años de oficio con un recital íntimo

MARTA CERVERA / Barcelona

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Cuarenta años tocando la guitarra son muchos. Lo sabe bien Juan Manuel Cañizares, un maestro todoterreno que tanto acompaña a formaciones sinfónicas -la Filarmónica de Berlín o la OBC- como se arranca por bulerías y tangos. "El mundo de la guitarra clásica y el del flamenco se retroalimentan. Cada uno me aporta algo diferente", afirma el tocaor, que esta noche ofrece un programa que aúna ambos mundos en el Auditori de Barcelona. Interpretará en la intimidad de la sala Tete Montoliu -con Juan Carlos Gómez como segunda guitarra- obras de Isaac Albéniz y piezas propias de su último disco flamenco, 'Cuerdas del alma', con el que celebra 40 años de dedicación a la guitarra, que empezó a tocar a los 6 años. "En este disco, las cuerdas de mi guitarra son como las de mi alma, vibran al son de mis emociones", comenta Cañizares, que antes de ir en solitario colaboró con figuras como Paco de Lucía y Camarón de la Isla, entre otros. Por la alegría que proyectan sus composiciones se diría que atraviesa por un momento personal de plenitud. "Es un disco bastante optimista", reconoce, "espero que esas vibraciones alegres lleguen también al público".

Hijo de emigrantes malagueños que recalaron en Sabadell, ciudad donde nació y creció, Cañizares se trasladó a Madrid hace ya un tiempo, donde reside con su esposa japonesa a quien dedica una preciosa balada en su último disco. 'Cañi', así le conocen sus amigos, ha procurado siempre sacar lo mejor de las culturas que le rodean. De joven, cuando soñaba con vivir de la música, alternaba su presencia en los tablaos con sus clases en el conservatorio. "De todo se aprende", pensaba entonces. Y su filosofía no ha cambiado. Con el paso del tiempo ha ido a más. "Cada día intento aprender algo nuevo", explica este músico que tiene un dominio técnico que le permite hacer auténticas filigranas.

La ilusión del primer día

"Sigo con la misma ilusión que el primer día. Lo único que ha cambiado es la madurez que me permite enfrentarme a la música sabiendo a dónde voy. Antes no me importaba probar muchas ideas solo para experimentar. Ahora, sin embargo, ya no me interesa el cambio por el cambio. Busco el cambio originario y original. Me interesa la música arraigada a las raíces de la tradición, pero que a la vez suene original".

En ese difícil objetivo de unir pasado y presente se materializa 'Añorando el presente', pieza que cierra 'Cuerdas del alma' con una melodía hechicera y profunda. La ofreció como propina en el concierto que hizo en Viena hace pocas semanas, donde triunfó con el 'Concierto de Aranjuez', de Joaquín Rodrigo, junto a la OBC. "La tradición no es un peso muerto sino la fuente de la que bebo para crear mi propia música, que a la vez se convertirá en tradición. Te permite volar, de ahí que el flamenco nunca se estanque", señala. "Queda mucho por experimentar, tanto en el flamenco como en el jazz", añade este genio que no oculta su indignación por el menguante apoyo a la cultura. "Recortar en cultura es esclavizar al ser humano. Hay cosas que si no se enseñan, no aparecen por ciencia infusa", recuerda el músico y también profesor de la Esmuc, cuyo próximo proyecto es transcribir para guitarra la obra de Falla, como antes hizo con la de Isaac Albéniz y Enrique Granados.