tú y yo somos tres

En busca de un buen puñetazo

FERRAN MONEGAL

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En '<strong>Pesadilla en la cocina</strong>' (La Sexta) han descubierto que pelearse a mamporros da un plus de audiencia extraordinario. El otro día, <strong>Alberto </strong><b>Chicote</b> estuvo en 'El hormiguero' y Pablo Motos le preguntó: «¿Cuántas veces han estado a punto de darte una hostia esta temporada?» . Y Chicote contestó: «Un par de ellas, pero emitida, solo una».

Efectivamente. Esa «hostia» emitida fue hace dos semanas, cuando visitó  un restaurante del barrio de La Estrella de Madrid. Allí tuvo un encontronazo a cara de perro con el cocinero Ronal, una criatura fornida, un verdadero armario, que en vista de que Chicote le iba abroncando y humillando le lanzó un contundente manotazo. El momento consiguió una gran resonancia mediática. O sea, que la cadena y los que hacen el programa tuvieron un alegría muy grande. Pero desde un punto de vista estrictamente pugilístico, puñetazo, lo que se dice un buen puñetazo, no llegaron a dárselo.

Hombre, eso hay que arreglarlo. Nos cabe la ilusión y la esperanza de que en este próximo programa aún no emitido, del que hablaba Chicote en 'El hormiguero', se produzca la trompada. A ser posible, con un primer plano de un ojo de Chicote amoratado.  El éxito de 'Pesadilla...', que ya va por la quinta temporada, es innegable. Lo de las cucarachas, la suciedad y la grasa, les sigue funcionando muy bien. Pero ahora están experimentando nuevos estímulos. La búsqueda del puñetazo ahora es prioritaria. Eso es progresar. Las masas teleadictas estamos expectantes.

LIQUIDANDO 'LA SONATA

A '<strong>La sonata del silencio</strong>', culebrón al estilo de aquellos seriales de <b>Sautier Casaseca</b> de los años 60, le deben quedar dos telediarios. TVE-1 ya coloca los capítulos de dos en dos, o sea, sacándoselos de encima a todo trapo. Lo celebro. Es un ejercicio enfermizo. Y, además, con mucha trampa. Ya les dije que han dibujado un Madrid de 1945 a base crear una burbuja de pillos, estraperlistas y truhanes. Pero evitando cualquier referencia al franquismo, que estaba hasta en la sopa y era lo que entonces dominaba.

Puede ser Madrid o puede ser tranquilamente Tegucigalpa. Se han permitido, eso sí, mostrarnos una pincelada del ambiente de la España de aquellos años: hacen aparecer un grupo de vándalos republicanos que asaltan domicilios de gente de bien y orden. ¡Ah! Qué desagradables y vulgares los republicanos. Se han olvidado de los otros, los de las tropas nacionales. Era de esperar.