CRÓNICA

Bunbury, tibio 'licenciado'

El cantante mezcló en el Sant Jordi Club sus versiones latinas con material anterior

Enrique Bunbury, en el Sant Jordi Club, el sábado.

Enrique Bunbury, en el Sant Jordi Club, el sábado.

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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El nuevo disco de Bunbury,Licenciado Cantinas, integrado por adaptaciones de canciones del repertorio latinoamericano, «de Tierra de Fuego hasta Río Grande», no es un trabajo más en su trayectoria. Es una obra de imaginario muy preciso que merecía una puesta en escena singular. Pero el sábado, en el Sant Jordi Club, el cantante zaragozano no le dio un tratamiento exclusivo, y sus canciones se fundieron con las otras sin crear el clima requerido. Ni siquiera el marco, frío e impersonal, ayudó a hacer brillar ese repertorio sinuoso.

Bunbury anunció en el Sant Jordi Club (que no se llenó: unas 3.000 personas) un repertorio con «algunas canciones cantineras y otras revolucionarias y melancólicas», que reflejaban, dijo, su «estado de ánimo» de estos momentos. Pero las mezcló con piezas de otros discos en un recital al que le hubieran ido bien ciertos condimentos teatrales. Creó ambiente con la instrumentalEl mar, el cielo y tú, de Agustín Lara, y entró en escena conLlévame,de Louie Ortega. Material que llevó a su terreno, convirtiendo los géneros latinos en un patrón blues-rock fronterizo de tonalidades oscuras, lejos del ejercicio de estilo complaciente; un sonido bien trazado por una banda, por cierto, de mayoría catalana, incluidos dos veteranos, el guitarrista Jordi Mena (exmiembro de Sau y Jarabe de Palo) y el teclista y acordeonista Jorge Rebenaque (Los Rebeldes).

El repertorio nuevo se mostró hecho a medida en piezas como El solitario. Diario de un borracho, del colombiano Alfredo Gutiérrez; un logrado cruce de cumbia y Nick Cave, yÓdiame, un vals peruano que en otros tiempos interpretaron Los Panchos. Este tipo de operaciones suelen tener un sabor recreativo, pero Bunbury ha impregnado las canciones de un carácter propio que, en el Sant Jordi Club, tuvimos que degustar por partes. Junto a ellas desfilaron rescates deTodos lo haremos mejor, La señorita hermafrodita, Big bangy la siempre celebradaEl extranjero.

CORRIDOS Y CARIBE / Canciones en las que Bunbury recrea su personaje con perfiles malditos y épicos, mezcla de vagabundo, exiliado y bohemio internacionalista. Más allá de esos estereotipos, entregó registros atractivos en el corrido-rockabillyÁnimas, que no amanezca y la caribeñaEl día de mi suerte, guiño a Héctor Lavoe. Supieron a poco, aunque la mezcla con piezas de otros discos nos permitió disfrutar, una vez más, de, préstamo de Adrià Puntí. Pero ¿qué tal una gira temática deLicenciado Cantinasen formato teatro?