El festival de verano de Barcelona

Buika: «Soy muy 'locatis', pero por elección»

Entrevista con la cantante y compositora mallorquina, afincada en Miami, que vuelve al Grec

IMMA FERNÁNDEZ / BARCELONA

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La cantante y compositora mallorquina, afincada en Miami, vuelve al Grec para abrazar el tango de la mano de Daniel Pipi Piazzolla, nieto del mito argentino, y su grupo Escalandrum.  Es la estrella invitada de la Nit de tango,  esta noche en el anfiteatro.

­-¿Qué le atrajo del proyecto?

 

-Me llamaron y me pareció divertido e interesante. El tango es un estilo que, depende del momento que vivas, te remueve la rabia. No te deja indiferente. Son poesías cantadas con mucha verdad. Yo ahora no los escucho mucho pero en mi casa, de cría, formaban parte de la banda sonora. Mi mamá los ponía mucho.

-Ya interpretó uno, Nostalgias, en su disco Mi niña Lola.

-Sí, y fue como un homenaje a mi madre. En el Grec cantaré Vuelvo al Sur, Nostalgias y Libertango.

-¿Y sabe bailarlo?

-Noooo, para eso se necesita un chico que sepa bailar. Pero esos son los que no me llaman.

-En octubre lanzará su nuevo disco, Vivir sin miedo, del que ayer se avanzó el sencillo. ¿Cómo es?

 

-He grabado sin centrarme en el estilo, hay varios. Suena muy bien y canto lo que soy. En las canciones, en inglés y castellano, hablo de conflictos y dudas que quiero compartir con la tribu.

-Lo titula Vivir sin miedo. ¿Pero sus miedos, como todos, tendrá?

 

-Sí, claro. Hay que tenerlos, aunque mejor si los puedes escoger. A mí me aterran los accidentes de tráfico. Y también, encontrarme a solas con un chico feo y malo con una navaja.

-¿Le ha sucedido?

 

-Sí, una vez, y aquí en Barcelona. En un cajero. Me sacó una navaja y me robó. Ese día aprendí mucho.

-¿Qué aprendió?

-Hasta dónde llega la inconsciencia, la dejadez, de un yonqui. Yo misma soy una yonqui del tabaco, de la marihuana. Pero él era un heroinómano, se le veía muy mal. Yo estaba embarazada y acercó la navaja a mi tripa para pincharme. Me dolió tanto en el alma, en la persona, porque cuando se traspasan los límites humanos... Me dejó desesperanzada, muy triste. ¡Hermano, vale, te lo doy todo, ya has visto que estoy acojonada, no hace falta que me pinches en la tripa!

-Háblenos de su nuevo disco.

 

-Bueno, compuse A mi presidente, una canción preciosa que dice: «Soy víctima culpable del sistema que me corrompe...». Pero al final no me han dejado ponerla en este disco. Pero ahí está, para otro momento.

-¿No manda usted en su trabajo?

 

-Sí, yo compongo y soy también productora, pero trabajo con otro productor, es un trabajo en equipo y la razón se impuso. Hay unos límites que se deben aceptar, y fue inteligente dejar fuera ese tema. Yo, sabe, no creo en la culpa. El mea culpa está tan de moda. Eso de decir ¡qué mal lo hago! Tanta propaganda con la autoestima, y cuando dices qué guay, qué bien lo hago, se ofenden.

-¿Anda bien de ego, pues?

-Siempre he tenido mucha seguridad en mí misma. Y está mal visto, muchos dicen que eso es vacilar. Y algunos se ofenden porque no creo en la culpa. Pues no. Anula y no sirve para nada, no es inteligente creer en ella. Se la inventaron los catolitristes esos. Yo creo en la responsabilidad. La puedo cagar y seguramente la cagaré. Yo el consejo que les doy a los músicos jóvenes, y a todos los jóvenes, es que lo cuenten todo, que lo saquen todo, que no escondan nada. Aunque les dé vergüenza.

-¿Usted lo hace?

-Sí. Yo soy muy tímida, pero no tengo vergüenza. Llevo muy mal lo de ligar. Soy del rollo de preguntar: «Cómo está tu madre?». Y eso les espanta... Me pongo muy nerviosa, no sirvo para ligar. Además las mujeres difíciles damos miedo a los hombres.

-¿Usted es una mujer difícil?

-Sí, toda mujer que viva bajo sus propias reglas, independiente, está considerada difícil. Los hombres eso no lo llevan bien.

-¿Cómo está su corazón?

-Genial. Sin nadie, porque no busco. Lo buscaré cuando sea vieja. ¡Ahora déjeme gozar! Lo del novio es para chavalas muy jovencitas o señoras que deben estar ya tranquilas. Yo ahora mismo vivo una revolución. Tampoco tengo tiempo, estoy trabajando en la ópera sobre la cantante mexicana Julia Pastrana y escribiendo mi primera novela, Uhla, que es el nombre de la niña protagonista, es algo autobiográfica.

-¿Encontró en Miami su lugar en el mundo?

 

-Yo estoy bien en todas partes, pero Miami me da el resto del mundo por su buena ubicación. Pero vengo cada dos meses a España, necesito la comida, la familia, la lengua...

-¿No se cansa de viajar tanto?

-El año pasado celebré que había dado la vuelta al mundo, he cantado en todos los continentes. Sí, vivir así confunde mucho. Terminamos con un carácter locatis. Yo soy muy loca. Esta es una profesión rara. Pero la mayoría de artistas somos locos por decisión propia, por elección. Nos soltamos. Nadie me ha obligado a nada. Para mí soltarse es la gran palabra del siglo. Encontrarse a uno mismo fuera de todos esos miedos familiares, sociales... Y no actuar según lo que esperan los demás, víctimas de la aprobación, otro invento de los catolitristes.

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