UNA ALIANZA ENTRE GRANDES DEL JAZZ

El bueno y los malos

Joshua Redman y el trío The Bad Plus unen fuerzas en el Vijazz Penedès de Vilafranca

The Bad Plus (con Reid Anderson, tercero por la izquierda) y Joshua Redman (a la derecha).

The Bad Plus (con Reid Anderson, tercero por la izquierda) y Joshua Redman (a la derecha).

ROGER ROCA / BARCELONA

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Hay una diferencia entre cómo suena una banda que toca siguiendo a un líder y una banda que toca siguiendo una visión compartida. Reid Anderson, contrabajista de The Bad Plus, cuantifica esa diferencia. «Quizás es sólo de un uno por ciento. Pero ese uno por ciento importa: Se nota». En The Bad Plus no hay solista ni líder, sino tres músicos que juntos producen un sonido compacto y único. Son un caso excepcional y uno de los grupos más influyentes del jazz de los últimos 15 años. «En esta música la idea de banda no se apoya demasiado. La industria, los promotores y la prensa prefieren individualidades a las que puedan identificar como 'genios' del jazz y colocar en distintos contextos», opina Anderson. En su larga trayectoria, The Bad Plus han hecho muchas cosas fuera del canon del jazz. Grabaron un álbum de clásicos del rock y el pop con una cantante indie y reinterpretaron La consagración de la primavera de Stravinsky a trío. En cambio, nunca habían grabado con otro músico de jazz. Se estrenan con The Bad Plus Joshua Redman, un álbum junto al saxofonista estrella de las últimas dos décadas que presentan este sábado dentro de la novena edición del festival Vijazz Penedès de Vilafranca (23.00 horas), en una doble sesión gratuita que abre el cantante Kurt Elling (21.00 horas).

Piezas originales

«Lo que me empujó a colaborar con ellos fue... ¡que son The Bad Plus!», dice Redman, primera figura del saxo tenor de su generación y acostumbrado a liderar sus propios grupos. «Son una banda con una identidad colectiva tan fuerte que el reto de encajar mi voz en su música me pareció muy atractivo». Apenas se conocían personalmente cuando tocaron juntos por primera hace cuatro años en el club Blue Note de Nueva York. Durante esos conciertos descubrieron que tenían un bagaje común mayor del que podía parecer. «Juntarnos fue fácil porque hice lo que hago en cualquier contexto, usar la intuición», opina el saxofonista. «Además The Bad Plus beben en gran parte de música en la que participó mi padre (el saxofonista Dewey Redman) en los años 60 y 70: el cuarteto de Keith Jarrett, el grupo de Ornette Coleman. Es música que formó parte de mi vida cuando era muy joven, que recuperé durante los tres años que toqué con mi padre y con la que he podido reconectar gracias a esta colaboración». Anderson cree que para Redman el encuentro ha sido liberador. «Aquí no tiene que ser la superestrella de saxo, puede dejarse absorber por el grupo».

Su primer disco juntos contiene piezas originales compuestas por los cuatro músicos, pero el resultado global cae más del lado del trío que del saxofonista. «Ellos son tres y yo soy uno», dice Redman. «Esto no es un encuentro a medio camino y sería absurdo pretender que The Bad Plus renunciaran a su identidad colectiva. Pero la voz de un saxo le da una nueva dimensión. Hay momentos muy poderosos. A ratos, cuando Ethan Iverson (pianista) y yo tocamos melodías al unísono, las texturas de las dos voces se juntan de tal manera que no sé dónde exactamente acaba el saxo y dónde empieza el piano. 

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