Bryan Ferry trae 'glamour' y madurez

Bryan Ferry, uno de losdandiesdel pop por excelencia, pone hoy un acento estelar y de leyenda al programa del Festival de la Porta Ferrada. El cantante de Roxy Music, que no se ha prodigado mucho por nuestros escenarios a lo largo de sus cuatro décadas de carrera, ofrecerá en el Espai Port, de Sant Feliu de Guíxols (22.30 horas) un recital que combinará el repaso antológico con la presentación de su último disco,Olympia, publicado el pasado octubre.

Ferry ofrece en Porta Ferrada la única cita estatal deltour europeo, que comenzó el pasado mayo en Dinamarca y que registró un inicial corrimiento de fechas derivado de unos misteriosos problemas de salud que parecen haber quedado atrás. El cantante, de 65 años, fue hospitalizado en abril y fuentes cercanas expresaron «preocupación» con su estado, pero días después, sin entrar en detalles, señalaron que tan solo se había tratado de unas pruebas.

Lo que casi nadie discute es su actual buena forma artística tras un disco,Olympia, que ha recibido las críticas más favorables desde, al menos,Boys and girls,publicado hace casi 30 años. Se trata de una grabación orientada hacia un electro-funk sofisticado y adulto, de clima espeso, cadencias voluptuosas y muchas capas de sonido. Ferry ha contado con sus colegas de Roxy Music, no solo los actuales, Phil Manzanera y Andy Mackay, sino también el cofundador y evadido Brian Eno. La nómina de colaboradores está llena devips: David Gilmour (Pink Floyd), Flea (Red Hot Chili Peppers), Dave Stewart (Eurythmics), Jonny Greenwood (Radiohead), Steve Nieve (teclista de Elvis Costello), Nile Rodgers (Chic), miembros de Scissor Sisters... La portada del disco está ocupada por una foto de Kate Moss, retomando la tradición de Roxy Music en los años 70, cuando las cubiertas de sus álbumes mostraban a modelos como Marilyn Cole (Stranded), Amanda Lear (For your pleasure) y Jerry Hall (Siren).

Olympiaes el primer disco de Ferry dominado por canciones propias (la mayoría, en tándem compositivo con Dave Stewart) desdeMamouna (1994). En las dos últimas décadas, el cantante ha recurrido habitualmente a material ajeno.Taxi(1993) recalaba en clásicos del pop y el soul;As time goes by (1999) se decantaba por estándares del jazz;Frantic(2002) apuntaba hacia el blues y el folk, yDylanesque (2007) consagraba su admiración por Robert Zimmerman.

La carrera en solitario de Ferry nunca ha eclipsado a la de Roxy Music, si bien en otros tiempos brindó algunas obras sustanciosas e incluso aislados éxitos comerciales con los álbumesLet's stick together (1976; encabezado por la versión del blues de Wilbert Harrison, que también popularizó Canned Heat) yBoys and girls(1985; de ahí salieron loshitsSlave to loveyDon't stop the dance). Ese material alimenta parte del repertorio actual de Ferry, que en esta gira recurre también a media docena de canciones de Roxy Music, así como a varias versiones (Dylan, Screamin' Jay Hawkins, su célebre toma deJealous guy, de John Lennon) y, por supuesto, algunas citas a Olympia.

BANDA AMPLIA/ Ninguna de las celebridades del último disco toma parte en la gira, pero el cantante ha formado una banda de apoyo numerosa y de aspecto fiable, con ocho instrumentistas y dos coristas. Entre ellos, dos veteranos de la familiaroxy, Andy Newmark (batería) y Neil Hubbard (guitarra; suple al estimable Chris Spedding, titular de la banda hasta el pasado 9 de julio), así como un hijo de la estrella, Tara Ferry, que es percusionista y alterna la labor con su padre y con una banda propia, Rubber Kiss Goodbye.

Bryan Ferry llegó ayer, a última hora de la tarde, a Sant Feliu de Guíxols, acompañado de un equipo de 30 personas incluyendo músicos, técnicos, asistentes, maquilladores y operarios varios. El cantante se interesó por los campos de golf de la zona y no se descarta que hoy acuda a uno de ellos para hacer unos hoyos antes de prepararse para el concierto. Poco más de un año después de pasar por el Sónar con Roxy Music, Ferry ofrecerá esta noche su tercer concierto en solitario en tierras catalanas tras los que realizó en 1994 (Studio 54) y 2002 (teatro Tívoli).