CRÓNICA. El cineasta Cesc Gay debuta en el teatro con la jugosa comedia 'Els veïns de dalt'

Bienvenido a los escenarios

Àgata Roca, Jordi Rico, Nora Navas y Pere Arquillué, en una escena de la obra que estrena el Romea.

Àgata Roca, Jordi Rico, Nora Navas y Pere Arquillué, en una escena de la obra que estrena el Romea.

JOSÉ CARLOS SORRIBES
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los seguidores del cine de Cesc Gay van mal encaminados si piensan que su debut teatral, en la doble faceta de director y autor, se mueve sobre los raíles de sus películas. La única semejanza entre una comedia jugosa y con gags indisimulados como Els veïns de dalt y algunos filmes, de perfil sombrío, del director barcelonés (En la ciudad, Ficció) es su afición a poner el microscopio sobre pequeños entornos. El teatro, sin embargo, no es un mundo ajeno a Gay, que ha llevado al celuloide dos recordadas piezas como V.O.S. y Krampack.

El cineasta debuta en el escenario con las cartas boca arriba: comedia de humor, destinada a un gran público y servida por un atractivo reparto. La fórmula del éxito teatral no está escrita y esos ingredientes solo funcionan si el patrón tiene mano para perfilar situaciones y personajes, sentido del ritmo y complicidad con sus cuatro intérpretes. Todo esos elementos cuadran en una pieza de argumento con gancho. Una pareja invita a cenar a sus vecinos del piso de arriba con la intención de consolidar sus relaciones. Eso es lo que ella pretende y de paso, como quiere él, pedirles más discreción cuando practican sexo. La caja de gags, queda claro, se abre desde el inicio.

CHISTE FÁCIL / Los anfitriones son Anna (Àgata Roca) y Juli (Pere Arquillué), un matrimonio atrapado en la rutina de la convivencia y con frecuentes discusiones. Él es un gruñón profesor de música que deja en el conservatorio toda su mano izquierda y sensibilidad. A su casa llegan Salva (Jordi Rico), un bombero con la manguera a punto (chiste fácil y frecuente en la obra), y Laura (Nora Navas), una psicóloga que no pierde ocasión de demostrarlo.

Gay cambia el ritmo al llevar la comedia a una zona más cruda cuando las heridas de la convivencia se agravan entre Anna y Juli. Pero siempre da un paso atrás para recuperar el tono humorístico. La moraleja es, además, tranquilizadora para ese público generalista que ya aplaudió, por ejemplo, El nom, El crèdit o Dones com jo, obras de la misma liga triunfal de Els veïns de dalt. Un elenco que funciona sin titubeos potencia una comedia con Arquillué y Roca al mando. Él muestra su amplio registro con una efectiva comicidad y ella seduce con esa cara de no haber roto un plato y un look a lo Audrey Hepburn.