CICLO PALAU 100

Bezuidenhout completa la integral de las sonatas de Mozart

El músico surafricano brilla en el Palau con el catálogo de estas obras interpretadas con un fortepiano

Kristian Bezuidenhout, en el Palau de la Música.

Kristian Bezuidenhout, en el Palau de la Música. / ANTONI BOFILL

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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El viaje sonoro de este trotamundos de la música por la integral de las 18 sonatas de Mozart en fortepiano ha durado dos años. Kristian Bezuidenhout, nacido en Suráfrica en 1979, culminó el miércoles en el Petit Palau la interpretación de las ocho obras del catálogo que quedaban pendientes después de una primera entrega en el 2014. Las dos jornadas empleadas para completar el ciclo, programadas dentro de Palau 100, han superado ampliamente las expectativas del reto. El pianista y también clavecinista, residente en Londres, ha cautivado a sus seguidores mostrando un gran dominio tanto del repertorio como del instrumento utilizado.

Es bien sabido que la irrupción del fortepiano cambió en el siglo XVIII la forma de enfrentarse al teclado de los intérpretes y compositores y Mozart no fue una excepción. Después de haber escrito las primera seis sonatas antes de 1774, el autor se enfrentó a un renovado y más transparente lenguaje que, en dos periodos distintos, le permitió abordar las 12 obras restantes. Bezuidenhout mostró una decidida actitud para enfrentarse a unas dinámicas propias del tiempo en que fueron escritas las sonatas. Su precisa pero veloz articulación sobre el teclado transmitió a fondo el espíritu de estas singulares piezas sin restar ni un ápice de la emoción y pasión que transmiten.

El programa se inició el martes con la 'Sonata de do mayor KV 330' y su célebre primer movimiento, siguió con la 'KV 284', la '533' y la '457'. En el segundo día brilló especialmente la 'KV 333', que cerraba el ciclo y que en su momento planteó una nueva estética compositiva. Bezuidenhout mostró en todo momento seguridad y convicción en su discurso. Tras lo oído, ya solo cabe esperar que este músico forjado entre Australia y Estados Unidos, ponga en marcha su próximo proyecto con Beethoven interpretado con el mismo instrumento. Y que Palau 100 vuelva a programarlo con el mismo éxito.