CRÓNICA

Baladas pop y elegancia charra

Alejandro Fernández combinó en el Sant Jordi sus dos facetas artísticas

Alejandro Fernández, El Potrillo, el domingo en el Palau Sant Jordi.

Alejandro Fernández, El Potrillo, el domingo en el Palau Sant Jordi.

LUIS TROQUEL
BARCELONA

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Solo apagarse las luces del Palau Sant Jordi, en una pantalla central suspendida a modo de telón parcial, un vídeo daba la bienvenida. En él, Alejandro Fernández, como si de un charro virtual se tratara, movía imágenes con sus manos igual que Tom Cruise en Minority Report.

Una espectacular banda de 12 músicos (que con el mariachi sumarían 23) caldeaba el escenario más deslumbrante en que por estos pagos se  haya dejado ver. Salió con media hora de retraso. Seguramente porque la misma noche anterior había actuado en Madrid, donde agotó las entradas del Palacio de los Deportes y volverá mañana para grabar un DVD en directo en el Teatro Real.

En Barcelona, en cambio, a pesar de ser un Sant Jordi con aforo previamente reducido y sillas en pista, no llenó el pasado domingo. Entre las aproximadamente 5.000 personas que asistieron al concierto del artista mexicano había bastantes compatriotas suyos, de otros países latinos y, sobre todo, público de aquí.

VOZ PROFUNDA / Evocando con los metales el sonido de una big band, alternó en el primer tramo su repertorio más baladístico con un puñado de las canciones que componen su último disco, Confidencias, con el que ha roto un paréntesis de cinco años sin grabar tras el doble Dos mundos, del que solo rescató el tema Se me va la voz. Por cierto, la voz la sigue teniendo esplendorosa: grave, profunda y aterciopelada.

Hacia la mitad de las dos horas y cuarto de show y mediante una ingeniosa transición, la banda pop cedió paso al mariachi. El Potrillo volvió a escena vestido de charro. Y esta vez, no precisamente virtual. Atrapó una rosa de tallo largo al vuelo que le arrojaron desde platea y toreó con capote imaginario. Igual porque su padre, Vicente, ya ha abandonado los escenarios, cerró con un extenso homenaje a sus éxitos. Incluidos varios recientes, que por algo la saga Fenández siempre ha apostado por renovar el repertorio ranchero.