Deslumbrante Bach en el Auditori

Rotundo éxito en el inicio de la interpretación de la integral de las dos más reconocidas colecciones de música instrumental de Bach: los 'Conciertos de Brandeburgo' y las 'Suites para orquesta'. La Akademie für Alte Musik Berlin (Akamus), un referente en la interpretación de este repertorio con más de un millón de discos vendidos y con premios como los Grammy o el Diapason d’Or en su currículo, tejió una maravilla sonora llena de delicadeza, precisión y ritmo ejecutada a partir de un perfecto ensamblaje entre las diferentes familias de instrumentos que participan, con gran variedad de contrastes, en el juego interpretativo de estas piezas.

La presencia de la formación alemana atrajo un entusiasta público a este evento, ubicado dentro de la programación de Música Antiga. Los precios de las entradas, entre 10 y 52 euros, propiciaron el interés de los melómanos con menor poder adquisitivo. Esta es la política que reclaman, junto a la educación desde la base en las escuelas, grandes gurús de la música antigua como William Christie, quien afirma que este es el punto de partida para renovar la franja de edad de asistencia a las salas.

El proyecto iniciado el jueves, con cinco obras, se completará el 11 de mayo del 2017 en el mismo recinto con una segunda entrega con las restantes partituras de los dos ciclos. La velada arrancó con los 'Conciertos de Brandeburgo', números 2 y 4, que permitieron disfrutar de la atractivas combinaciones instrumentales surgidas del ingenio bachiano. Trompeta, flauta de pico, oboe, violín, conjunto de cuerda y bajo continuo ensamblaron sus discursos en la primera pieza, y el violín deslumbrante del concertino-director, Georg Kallweitt, dos flautas de pico, cuerda y bajo sedujeron en la segunda.

El tercer concierto de esta colección, el número 5 en re mayor, encandiló al auditorio con el añadido del virtuosismo del clave junto al violín, flauta travesera y la cuerda. Capítulo aparte merecieron la ‘Suite, número 1’ y la 3, las dos primeras entregas de esta ciclo de cuatro obras. Con todos los efectivos de la Akamus en escena se multiplicó el poderío orquestal. Particularmente brillante fue la ejecución de la última pieza de la noche, escrita para tres coros instrumentales y con la maravillosa y célebre 'Aria' como balsámica inyección para el espíritu.