EL NUEVO HALLAZGO DEL MUSEO DEL RAVAL

Autor de culto, artista inédito

El Macba descubre la sexual y desconocida obra plástica del escritor Osvaldo Lamborghini

Dibujos 8 Uno de los apartados de la muestra del Macba, ayer.

Dibujos 8 Uno de los apartados de la muestra del Macba, ayer.

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Mito y maldito son dos de los términos con los que más a menudo se asocia la figura de Osvaldo Lamborghini (Buenos Aires, 1940-Barcelona, 1985), un escritor tan reivindicado por las letras -ahí están César Aira, Sergio Chejfec y Alan Pauls- como olvidado por el público. La suya no fue una prosa fácil ni prolífica. Su primera novela El fiord, de la que ahora Edicones Sin Fin ha publicado una reedición, supuso un fuerte impacto por su violencia y salvajismo, y a esta solo siguieron otras dos: Sebregondi retrocede Poemas, aunque tras su muerte se editaron también Novelas y cuentos Tadeys. Cinco piezas casi clandestinas que lo convirtieron en un escritor de culto y en un creador casi secreto. Su vida y personalidad tampoco ayudaron a su difusión. Lamborghini vivió los últimos cuatro años de su vida, en Barcelona, recluido en su casa, en su cama, de la que apenas salía y donde creó una ingente obra plástica de la que nada se sabía. Dibujos, colajes y demás obra gráfica totalmente inédita y que ahora el Macba saca por primera vez a la luz, hasta el 31 de mayo, en la muestra Teatro proletario de cámara.Se trata de piezas con un fuerte y explícito contenido sexual. No en vano, según la filósofa y ensayista Beatriz Preciado, Lamborghini «utilizaba el lenguaje pornográfico para describir las fuertes transformaciones políticas» en las que se hallaba inmersa la Barcelona que el vivió, la que dejaba atrás la imagen de metrópoli portuaria antifranquista de los 70 mientras se reinventaba suspirando con la idea de abrazar unos juegos olímpicos. La Barcelona de los primeros años de la década de los 80.

Piezas con un contenido sexual, pero que «no son el divertimento artístico de un escritor», sino que son el trabajo de un artista consistente y sólido», afirma el comisario de la muestra Valentín Roma que recuerda que, en términos de producción, «Lamborghini hizo más arte que escritura». Una creación, que para Roma, «anticipa muchas cosas del presente, como la literatura expandida, la autoedición, la estética del cómic y el fanzine» y que bebe de la transvanguardia italiana, de la nueva pintura italiana, de Polke, Fassbinder y Hogarth. Y que merece ser cartografiada como uno de los relatos estéticos de los años 80.