La verdad de Asa

La cantautora soul-folk-pop Asa se enfrentó a una decisión difícil con su tercer disco: ¿dejar pasar una grabación en la que no se reconoce a sí misma, o volver a empezar de nuevo? Según ella, tampoco lo pensó mucho: «Si algo no te acaba de gustar, si tienes un extraño vértigo ante esa idea, mejor desestimarla», dice ella. «Y simplemente no podía dejarlo pasar. Era importante para mí regrabar el disco». Según Asa, la relación con el productor fue algo complicada y al final se vio «borrada» de su propia obra.

Bien está lo que bien acaba. Su discográfica entendió la decisión y, a cambio, Asa les entregó su disco más emotivo hasta la fecha: Bed of stone, en el que la voz suena creíble y los arreglos nunca se comen las canciones. ¿Era ese el problema del anterior? «El anterior era… Forzado. La historia que contaba no era mi historia».

La historia que cuenta Bed of stone es la de una artista segura y tranquila en su propia piel. Y al parecer, muy feliz por la llegada de un amor inesperado. «La gente dice: 'Es un disco político', y yo no acabo de verlo. Es un disco personal sobre todo; estaba en una fase intimista. Quizá haya solo dos canciones en las que hable de política». Tampoco es que sea un disco ensimismado. «Hablo bastante de la humanidad en su conjunto. Si eso es ser política, entonces soy política».

Asa no es, desde luego, ajena a problemas como los secuestros de Boko Haram en Nigeria, donde se crió. «Los nigerianos están decepcionados con cómo se ha manejado el tema allí. Es difícil apuntar hacia un final. Pero el trabajo debe seguir. Sobre todo y lo primero, encontrar a las niñas secuestradas».

Del show de esta noche en Apolo (21.00 h.), como parte del Banc Sabadell Festival Mil·lenni, Asa adelanta: «Será como una película en directo, una historia contada en vivo. Me interesa mucho ese aspecto narrativo. Mezclaré mis temas famosos, como Fire on the mountain, con los del nuevo álbum, que trataré de explicar. Los conciertos están siendo energéticos».