El artista disidente

'CAO' Una de las instalaciones creadas expresamente para la muestra de La Virreina.

'CAO' Una de las instalaciones creadas expresamente para la muestra de La Virreina.

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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El artista y disidente chino Ai Weiwei vive permanentemente vigilado y no puede salir de su país. En el 2011 las autoridades chinas le retiraron el pasaporte y le prohibieron los viajes al extranjero, pero ello no es óbice para que tenga una constante presencia internacional. Las exposiciones que tiene en curso en el penal de Alcatraz (EEUU) y en la mansión donde nació Winston Churchill, en la campiña inglesa, lo certifican. Y la que abre el miércoles en La Virreina lo corrobora. Las tres muestras más muchas otras, junto con todo aquello que está relacionado con su obra o su trayectoria vital de los últimos 14 años - léase, por ejemplo, la preparación del juicio que tuvo a raíz de las múltiples acusaciones que el Gobierno chino vertió sobre él (desde bigamia a fraude fiscal) o el reencuentro con la familia tras estar 81 días detenido e incomunicado en el 2011-, Ai Weiwei lo ha trabajado y gestionado desde una inmensa mesa de madera que preside su estudio de Pekín rodeada de 10 sillas de la dinastía Qing. Mobiliario que hasta la fecha nunca había dejado su lugar habitual. Ahora, luce en el antiguo comedor barroco del Palau de la Virreina como avatar del artista y como evocación elocuente de su ausencia forzada.

La pieza, que también actúa como dispositivo para el diálogo susceptible de ser usado por todo el que lo desee, cierra la exposición de Barcelona y le da nombreOn the table. Ai Weiwei. Y es, además, la obra más grande de toda la muestra, algo inaudito si se piensa en las monumentales instalaciones que suele desplegar el artista -en el 2010 llenó con toneladas de pipas realizadas con porcelana una de las salas de la Tate Modern de Londres-, pero es que On the table. Ai Weiwei ha sido pensada y adaptada a escala por el propio creador, que también ha escogido las piezas, para el espacio de La Virreina.

La muestra, la primera antológica del artista chino en España, reúne 42 obras «que van desde el inicio de su trayectoria, hasta creaciones recientes hechas especialmente para la exposición, pasando por obras icónicas y conocidas», todos trabajos que «abordan temas fundamentales de su obra, como la multidisciplinariedad, el inconformismo, la disidencia y la condición mediática», apunta Rosa Pera, comisaria de la exposición. Y que giran sobre el concepto del «poder de las imágenes», imágenes que «no solo circulan por los espacios de arte contemporáneo sino también por otros circuitos como las redes sociales» de las que Ai Weiwei es un gran usuario, concluye Pera.

10.000 cangrejos

En resumen, objetos e imágenes que reflejan la vida y la experiencia de Ai Weiwei como artista y como activista comprometido y que, a la vez, documentan la realidad política y social de China. De ahí, la cronología que acompaña la exposición y que es imprescindible para entender la obra del artista y su actitud política en favor de la libertad de expresión y de los derechos humanos. Así, para comprender la instalación Box Your Ears es necesario conocer la implicación que Ai Weiwei tuvo en desvelar la verdad que el Gobierno chino escondía sobre el terremoto de Sichuan: más de 5.000 niños murieron por la mala calidad de las construcciones escolares fruto de la corrupción.

Y para entender el significado de los cangrejos de porcelana de la instalación He Xie es imprescindible saber que el Gobierno acordó demoler su estudio de Shanghái y que Ai Weiwei decidió celebrarlo con una cena -a la que no pudo asistir porque fue detenido-en la que el plato principal era cangrejo: 10.000 cangrejos para todos los comensales. Y es esencial conocer que cangrejo, en chino, se pronuncia igual que armonía, el eufemismo que utiliza el Gobierno cuando aplica la censura. Un juego de palabras que también se da en Caouno de los trabajos hechos ex profeso para La Virreina, ya que el término, que significa hierba, es homófono de la palabra china equivalente al fuck 

Piezas que juegan también con la confrontación de elementos y conceptos antagónicos: individualidad frente a colectividad, construcción versus destrucción, realidad contra falsedad, ideas muy presentes en toda la creación de Ai Weiwei como el gesto de la peineta (el brazo con el dedo corazón levantado), un ademán que se ha convertido en un icono de protesta y con el que Ai Weiwei se ha fotografiado delante de multitud de símbolos del poder establecido, entre ellos la Sagrada Familia, presente en la muestra.