EN EL 150 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE RICHARD STRAUSS

'Arabella' al desnudo

El elegante e inquietante montaje de Christoph Loy se instala en el Liceu

Un imagen del montaje de 'Arabella'

Un imagen del montaje de 'Arabella'

MARTA CERVERA
BARCELONA

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El Liceu celebra a partir de hoy el 150 aniversario del nacimiento del compositor alemán Richard Strauss con 'Arabella'. La ópera con la que Montserrat Caballé debutó en el coliseo en 1962, en el estreno español de este título, regresa al Gran Teatre tras 25 años de ausencia con un montaje tan elegante como inquietante que disecciona el alma de los personajes protagonistas. Habrá cinco representaciones de'Arabella' hasta el 29 de noviembre. La soprano Anne Schwanewilms, la cantante straussiana del momento, encarna a la protagonista titular de esta comedia artistocrática.

En esta aclamada producción de la Ópera de Fráncfort, el director de escena alemán Christoph Loy aproxima la obra al espectador trasladando a nuestros días una acción que ocurría originalmente en la Viena de mediados del XIX. Al mando de la orquesta del Liceu está el veterano maestro austriaco Ralf Weikert, que sustituyó hace dos semanas a Antoni Ros Marbà, a quien los médicos aconsejaron descanso. «La orquesta trabaja con mucho entusiasmo y entrega pero esta es una partitura extremadamente difícil, especialmente para los cantantes, que deben controlar una auténtica cascada de notas», señala Weikert.

«Disponer de seis semanas de ensayos y un magnífico reparto que conoce bien la pieza nos ha permitido profundizar más en la psicología de los personajes, añadir detalles y matices para insuflarles más vida», afirma Loy, encantado del trabajo realizado en el Liceu. «Aunque estrené este montaje en Goteburgo en el 2006, para mí esta es una nueva producción», añadió el celebrado director, que triunfó en el Liceu con 'Il turco in Italia', de Rossini, la temporada 2012-13.

«Mi intención es crear un espacio en el que personajes de diferentes épocas van entrado para poder analizar mejor sus almas y su psicología. Toda esta filosfía se condensa en el último acto, en el cual vemos, como si estuviéramos en un laboratorio experimental, cómo los personajes se enfrentan a sus conflictos». El simbolismo marca la puesta en escena que ofrece un juego de lecturas a dos niveles, el real y el psicológico.

Amor, dinero, hipocresía y deseo son la base de 'Arabella', la historia de una joven vienesa destinada a casarse con un hombre rico para que su arruinada familia pueda seguir aparentando lo que no es. Un padre ludópata (Conde Waldner, Alfred Reiter), una madre que confía en pitonisas (Adelaide, Doris Soffel) y una hermana que se ha visto obligada a travestirse (Zdenka, Ofelia Sala) dependen de su matrimonio. «Arabella vive asfixiada en un ambiente que la tiene prisionera, donde no existe la amabilidad, la generosidad ni nada que la haga feliz», explica Anne Schwanewilms. «Es un personaje que madura ante la adversidad y que aprende a perdonar», añade.

Una lección de amor

Todos los personajes que rodean a Arabella contrastan con el de Mandryka (Michael Volle), el elegido por la protagonista, un hombre llegado del campo y adinerado. «Arabella y Mandrika son conscientes de sus diferencias. Él es un 'outsider' que ha crecido lejos del ambiente decadente de la ciudad, donde no encaja. Lo suyo es amor a primera vista. Todas las escenas y sufrimientos posteriores serán una lección de amor para ambos», comenta el director de escena.

Estrenada en Dresde en 1933, esta es la última colaboración de Strauss con el poeta y dramaturgo Hugo von Hofmannsthal, autor del libreto, con quien también firmó otros cinco títulos, entre ellos, 'Elektra'(1908), 'El caballero de la rosa' (1910) y 'La mujer sin sombra' (1919).